UNIDAD 1: ¡HOLA!

  1. Mira la siguiente viñeta, lee y responde:



¿De dónde es Fernando?___________________ ¿Cuál es su apellido?______________
¿Cómo se llama el chico nuevo?___________________ ¿De dónde es?_____________
¿Que idioma habla Fernando?_________________ ¿Y el otro chico?____________



      2.    Lee el siguiente diálogo en voz alta y contesta

Carolina: ¡Hola! Me llamo Carolina Ruz.
Pedro: ¡Hola!, ¿Qué tal?
Carolina: ¿Cómo te llamas?
Pedro: Pedro.
Carolina: ¿De dónde eres, Pedro?
Pedro:  Soy mexicano. Y tú, ¿eres española?
Carolina: Si, soy de Valencia.
Pedro: ¿Y dónde vives? ¿Vives en Valencia?
Carolina: No, vivo en Belem, Brasil.

¿Cómo se llama el hombre?_________________
¿Es español Pedro?______________
¿De dónde es Carolina?___________________
¿Dónde vive Carolina?____________



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UNIDAD 1: ¡HOLA!

VERBOS LLAMARSE  (REFLEXIVO) Y SER (IRREGULAR) EN PRESENTE DE INDICATIVO


LLAMARSE
SER
Yo
Me llamo

Soy
Te llamas

Eres
Él, Ella
Usted
Se llama
Es
Nosotros/as
Nos llamamos

Somos
Vosotros/as
Os llamáis

Sois
Ellos/as
Ustedes
Se llaman
Son



VERBOS TRABAJAR Y VIVIR (REGULARES) EN PRESENTE DE INDICATIVO


TRABAJAR
VIVIR
Yo
Trabajo

Vivo
Trabajas

Vives
Él, Ella
Usted
Trabaja

Vive
Nosotros/as
Trabajamos

Vivimos
Vosotros/as
Trabajáis

Vivís
Ellos/as
Ustedes
Trabajan

Viven



MASCULINO Y FEMENINO DE NOMBRES Y ADJETIVOS


     MASCULINO
     FEMENINO

Acabado en  “O”


Sustituye “O” por “A”
Acabado en consonante
Se añade “A” al final


AVE MARIA. DAVID BISBAL



Ave Maria David Bisbal

Ave María, cuando serás mía
si me quisieras, todo te daría
Ave María, cuando serás mía,
al mismo cielo, yo te llevaría

Dime tan sólo una palabra
que me devuelva la vida
y se me quede en el alma
porque sin ti no tengo nada
envuélveme con tus besos
Refúgiame en tu guarida

Y cuando yo te veo, no sé lo que siento
Y cuando yo te tengo, me quemo por dentro
Y más.. Y más de ti yo me enamoro
Tú eres lo que quiero
Tú eres mi tesoro

Ave María, cuando serás mía
si me quisieras, todo te daría
Ave María, cuando serás mía,
al mismo cielo, yo te llevaría

Sin ti me siento tan perdido
enséñame la salida, llévame siempre contigo
Protégeme con tu cariño
Enciéndeme con tu fuego
Y ya más nada te pido... nada te pido

Y cuando yo te veo, no sé lo que siento
Y cuando yo te tengo, me quemo por dentro
Y más.. Y más de ti yo me enamoro
Tú eres lo que quiero
Tú eres mi tesoro


Ave María, cuando serás mía
si me quisieras, todo te daría
Ave María, cuando serás mía,
al mismo cielo, yo te llevaría

Ave María...
dime si serás mía...
dímelo ya...
Ave María...

Pobre burro. Gloria Fuertes

Seguro que la mayoría de padres españoles e hispanoamericanos conocen o han oido hablar de Gloria Fuertes, la poeta (no le gustaba que la llamaran poetisa) madrileña, que entretuvo a varias generaciones con sus poemas, libros infantiles e incluso apariciones en programas míticos de la televisión española como “Un globo, dos globos, tres globos” o “La cometa blanca”.


Gloria Fuertes nació en Madrid, en el barrio de Lavapiés, su madre costurera y su padre bedel. Desde la temprana edad de 5 años, ya escribía sus propios cuentos, empezó a escribir poesía a los 14 años, y a los 17 escribió su primer libro de poemas. Entre sus obras más conocidas destacan “Don Pato y Don Pito”, “La Pájara Pinta”, “El Camello Cojito” o “La gata Chundarata y otros cuentos”. En los años 70 su actividad es incesante, con apariciones en programas infantiles de TVE que la convierten en “la poeta de los niños”. Fallece el 27 de noviembre de 1998, en Madrid.

Los poemas para niños son una excelente forma de incentivar la lectura en nuestros hijos, y a la vez entretenerlos. Y seguro que vosotros también disfrutáis recordando estas poesías para niños de Gloria Fuertes, aquí os dejamos algunas para que las compartáis con vuestros hijos:


Pobre burro

7 Vidas

Lo mejor para aprender un idioma es ver películas, series, escuchar música en ese idioma...

Esta serie es española, y aunque es un poco antigua, es bastante divertida.



 CAPITULO 1

CAPITULO 2

Si tenéis alguna duda no dudéis en preguntarme. Si quereis más.... ¡Sólo tenéis que pedirlo!

Peter Pan. El canto del loco



Un día llega a mí la calma,
mi Peter Pan hoy amenaza,
aquí ya hay poco que hacer.
Me siento como en otra plaza
en la de estar solito en casa
será culpa de tu piel.

Será que me habré hecho mayor
que algo nuevo ha tocado este botón
para que Peter se largue.
Y tal vez viva ahora mejor,
más a gusto y más tranquilo en mi interior.
Que Campanilla te cuide y te guarde.


A veces gritas desde el cielo
queriendo destrozar mi calma
Vas persiguiendo como un trueno
para darme ese relámpago azul
Ahora me gritas desde el cielo
pero te encuentras con mi alma,
conmigo ya no intentes nada,
parece que el amor me calma, me calma…

Si te llevas mi niñez
llévate la parte que me sobre en mí
Si te marchas viviré
con la paz que necesito y tanto ansié.

Pasó un buen día junto a mí
y parecía que quería quedarse aquí,
no había manera de echarle.
Si Peter no se quiere ir
la soledad después querrá vivir en mí.
La vida tiene sus fases, sus fases…

A veces gritas desde el cielo
queriendo destrozar mi calma
Vas persiguiendo como un trueno
para darme ese relámpago azul
Ahora me gritas desde el cielo
pero te encuentras con mi alma,
conmigo ya no intentes nada,
parece que el amor me calma…

A veces gritas desde el cielo
queriendo destrozar mi calma
Vas persiguiendo como un trueno
para darme ese relámpago azul
Ahora me gritas desde el cielo
pero te encuentras con mi alma,
conmigo ya no intentes nada,
parece que el amor me calma, me calma…

Cuando te marches creceré,
recorriendo tantas partes que olvidé.
Llegó mi tiempo y ya lo ves,
tengo paz y es el momento de crecer
Si te marchas viviré
con la paz que necesito y tanto ansié.


Espero que se no vuelva más,
que se quede tranquilito como está,
que él ya tuvo bastante.
Fue un tiempo para no olvidar,
la zona mala quiere ahora descansar.
que Campanilla te cuide..
y te guarde.

"Un país para comérselo"

Es un programa de Televisión Española que reúne gastronomía y turismo rural, muy interesante para aquellos que quieren conocer de cerca España.



Esta es la primera parte, si quieres ver todo el programa pincha aquí abajo

ALICANTE. UN PAIS PARA COMERSELO

Si quieres conocer otras recetas españolas pincha aquí abajo.

Algunas recetas

Si quieres ver algún otro destino pincha aquí abajo.

Otros lugares de España

EL ABUELO, EL NIETO, EL BURRO

Un abuelo y su nieto salieron de viaje con un burro. El nieto había pasado las vacaciones con su abuelo y ahora volvía a casa de sus padres para empezar nuevamente el colegio. A ratos, el abuelo o el nieto se subían al burro y así iban haciendo el viaje más cómodo.

El primer día de viaje llegaron a un pueblo. En ese momento el abuelo iba sentado sobre el burro y el nieto iba caminando al lado. Al pasar por la calle principal del pueblo algunas personas se enfadaron cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño caminando. Decían:

- ¡Parece mentira! ¡Qué viejo tan egoísta! Va montado en el burro y el pobre niño a pie! Al salir del pueblo, el abuelo se bajó del burro. Llegaron a otro pueblo. Como iban caminando los dos junto al burro, un grupo de muchachos se rió de ellos, diciendo:

- ¡Qué par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarse, van los dos andando. Salieron del pueblo, el abuelo subió al niño al burro y continuaron el viaje. Al llegar a otra aldea, la gente exclamó escandalizada:

- ¡Qué niño más maleducado! ¡Qué poco respeto! Va montado en el burro y el pobre viejo caminando a su lado. En las afueras de la aldea, el abuelo y el nieto se subieron los dos al burro. Pasaron junto a un grupo de campesinos y éstos les gritaron: - ¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tenéis corazón? ¡Vais a reventar al pobre animal! El anciano y el niño se cargaron al burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente acudió de todas partes. Con grandes risotadas los pueblerinos se burlaban diciendo:

- ¡Qué par de tontos! Nunca hemos visto gente tan tonta. Tienen un burro y, en lugar de montarse, lo llevan a cuestas. Al salir del pueblo, el abuelo después de pensar un buen rato le dijo a su nieto:

- Ya ves que hay que tener opinión propia y no hacer mucho caso de lo que diga la gente.



DESTINO ESPAÑA. SALAMANCA

Este es un programa de Televisión Española, muy interesanta para aquellos que quieran venir a visitarnos como turistas, a quedarse por un tiempo o a instalarse permanentemente.




DESTINO ESPAÑA

ACENTOS

¿Argentino, mexicano, puertorriqueño o español? Ejercicio sobre características fonéticas de 4 variedades del español para estudiantes no nativos.




Español ibérico....¡¡¡ibérico!!!. No es un vídeo bueno, pero lo deja bastante claro.

RECETAS FRESCAS

Leche merengada

Esta rica y sencilla receta de leche merengada helada es muy común y tradicional de preparar en las épocas de más calor ya que ayuda a refrescar todo el organismo. Esta receta es tan fácil de elaborar que se puede hacer con la ayuda de los más pequeños de la casa, quienes agradecerán tanto su elaboración como su consumición.

Ingredientes para 8 personas:
  • Leche: 1 litro
  • Claras de huevo: 3
  • Canela: 1 ramita
  • Limón: 1 mediano
  • Azúcar: 300 gramos
Preparación:
Tiempo estimado: 6 horas
  • Se pela la corteza del limón procurando cortar solamente la parte amarilla de la corteza (puesto que la parte blanca es muy amarga y además podría contener jugo, lo cual puede estropear la leche)
  • Se pone parte de la leche a cocer juntamente con la ramita de canela y la corteza del limón
  • Después de hervir durante 5 minutos, se aparta del fuego, se quita la ramita de canela y la corteza de limón y se agrega la leche restante
  • A continuación se agrega el azúcar y las claras de huevo previamente montadas a punto de nieve
  • Con al ayuda de la batidora, se bate todo enérgicamente y se vierte en un recipiente
  • Se pone en el congelador hasta que la leche merengada esté granizada y se bate con la batidora nuevamente hasta romper todo el hielo
  • Se vuelve a poner en el congelador y se sirve cunado esta totalmente helada

RECETAS FRESCAS

Con este calorcito, ¿A quién no le apetece tomar algo bien frío?
En casa podemos hacer recetas bien fresquitas y fáciles de elaborar.


 CAFE GRANIZADO

Preparación:

Preparar el café y dejarlo enfriar. Mientras, mezclar agua y azúcar para hacer un sirope y echárselo al café; remover todo bien. Verter el compuesto en un recipiente y dejarlo en el congelador durante un par de horas como mínimo, removiendo cada 15 minutos, de modo que no se formen lascas demasiado grandes de hielo. Servir en vasos altos y grandes.


¿A qué es sencillo?

Y si tienes invitados y quieres triunfar, pon una bola de nata, o vainilla.....un barquillo y ¡Tachán! Ya tienes un postre la mar de glamuroso

Quiero. Anahí

Geizeane y Fabiana, de 1º nivel, van a deleitaros en nuestra Fiesta Hispánica con esta preciosa canción.
¡¡Chic@s os quiero a todos cantando con ellas desde las butacas!!



Hoy me he levantado de la cama
Soñando que tú estabas, dormido dentro.
Hoy he dibujado en la ventana empañada
Una cara, sonriendo

Todo lo que tengo, te lo daba por tenerte
Aquí en mi almohada,
Por salir corriendo.
Pero te me escapas
Como el agua entre los dedos
Te me escapas,
Como un grito al viento

[Refrão]
Quiero, quiero, quiero
Que se pare el tiempo.
Quiero, quiero, quiero
En este momento
Oír tu voz hablándome,
De los días felices
que aún no me diste
Y tendré...

Somos prisioneros
Y las jaulas que encarcelan nuestros sueños
Son las circunstacias
Somos el camino que hay en medio
Entre el hecho y el deseo
Somos la distancia

Todo lo que tengo, te lo daba
Por tenerte como almohada
Por sentir tu aliento
Pero te me escapas
Como el agua entre los dedos
Te me escapas,
Como un grito al viento

(Refrão)
Quiero, quiero, quiero
Que se pare el tiempo.
Quiero, quiero, quiero
En este momento
Oír tu voz hablándome,
De los días felices
que aún no me diste
Y tendré...

Quiero, quiero, quiero
Que se pare el tiempo.
Quiero, quiero, quiero
En este momento
Oír tu voz hablándome,
De los días felices
que aún no me diste
Y tendré...

Quiero, quiero, quiero
Que se pare el tiempo.
Quiero, quiero, quiero
En este momento
Oír tu voz hablándome,
De los días felices
que aún no me diste
Y tendré...

Quiero, quiero, quiero
Quiero...
Quiero, quiero, quiero
Por Tu Amor...
Quiero, quiero, quiero
Quiero, quiero, quiero
Quiero, quiero, quiero
Quiero, quiero, quiero

El Arca de Noé



Un día Noé a la selva fue
puso a los animales alrededor de él.
"El Señor está enfadado
un diluvio va a caer,
no os preocupéis que yo os salvaré"

Y estando el cocodrilo y el orangután
dos pequeñas serpientes y el águila real
el gato, el topo, el elefante
no falta ninguno
tan sólo no se ve a los dos icos

Y cuando los animales empezaron a subir
Noé vio en el cielo un gran nubarrón.
Y gota a gota empezó a llover...
"¡Señor que nos mojamos!"

Y estando el cocodrilo y el orangután
dos pequeñas serpientes y el águila real
el gato, el topo, el elefante
no falta ninguno
tan sólo no se ve a los dos icos

Todo se transforma. Jorge Drexler


Todo se transforma 

Tu beso se hizo calor, 
luego el calor movimiento
Luego gota de sudor que se hizo vapor,
luego viento
Que en un rincón de La Rioja movió el aspa de un molino
Mientras se pisaba el vino que bebió tu boca roja
Tu boca roja en la mía, la copa que gira en mi mano
Y mientras el vino caía, supe que de algún lejano rincón
De otra galaxia, el amor que me darías
Transformado, volvería un día a darte las gracias

Cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da
Nada es más simple; no hay otra norma
Nada se pierde; todo se transforma

El vino que pagué yo con aquel euro italiano
Que había estado en un vagón antes de estar en mi mano
Y antes de eso en Torino, y antes de Torino en Prato
Donde hicieron mi zapato sobre el que caería el vino
Zapato que en unas horas buscaré bajo tu cama
Con las luces de la aurora junto a tus sandalias planas
Que compraste aquella vez en Salvador de Bahía
Donde a otro diste el amor que hoy yo te devolvería

Cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da
Nada es más simple; no hay otra norma
Nada se pierde; todo se transforma

Todo se transforma...
Supe que de algún lejano rincón, de otra galaxia
El amor que me darías, transformado volvería un día a darte las gracias

Cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da
Nada es más simple; no hay otra norma
Nada se pierde; todo se transforma
Todo se transforma

Fuera de carta

¡Por fin una comedia! Si es que mis chic@s me comentaron que sólo pongo películas serias..... así que cambiaremos un poco de registro...jeje




Dirección: Nacho García Velilla.
País:
España.
Año: 2008.
Duración: 111 min.
Género: Comedia.
Interpretación: Javier Cámara (Maxi), Lola Dueñas (Alex), Fernando Tejero (Ramiro), Benjamín Vicuña (Horacio), Luis Varela (Jaime), Chus Lampreave (Celia), Cristina Marcos (Marta), Alexandra Jiménez (Paula), Junio Valverde (Edu).
Guión: Nacho G. Velilla, David Sánchez Olivas, Oriol Capel Mir y Antonio Sánchez Olivas.
Producción: Daniel Écija, Tedy Villalba y Nacho G. Velilla.
Música: Juanjo Javierre.
Fotografía:
David Omedes.
Montaje: Ángel Hernández-Zoido.
Dirección artística: Javier Fernández.
Vestuario: Silvia García-Bravo.
      
SINOPSIS
“Fuera de carta” cuenta la historia de Maxi, un hombre que cree que su vida es perfecta: un cocinero de reconocido prestigio, propietario de un restaurante de moda en Chueca y que vive su homosexualidad sin complejos. Sin embargo, la aparición de sus hijos, fruto de un matrimonio “de escaparate”, y de su nuevo vecino, un atractivo ex futbolista argentino, dinamitarán su vida y le harán replantearse su escala de valores.

Playas.

 ¿Sabrías decir dónde está esta playa?

¿Una pista? 


Venga, vale, allá vamos


  •  En España
  • Mar Mediterráneo
  • Comunidad Valenciana
  • Provincia de Valencia
  • Romanos, visigodos, musulmanes....
  • Arrozales
  • Faro
  • Castillo
  • Pequeñas calas
  • Cuchara en valenciano

























¡Bien! ¡Adivinaste!  Es..... C U  L L E  R A

Los ojos verdes. Gustavo Adolfo Bécquer


[Leyenda. Texto completo]

Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir cualquier cosa con este título. Hoy, que se me ha presentado ocasión, lo he puesto con letras grandes en la primera cuartilla de papel, y luego he dejado a capricho volar la pluma. 
 
Yo creo que he visto unos ojos como los que he pintado en esta leyenda. No sé si en sueños, pero yo los he visto. De seguro no los podré describir tal cuales ellos eran: luminosos, transparentes como las gotas de la lluvia que se resbalan sobre las hojas de los árboles después de una tempestad de verano. De todos modos, cuento con la imaginación de mis lectores para hacerme comprender en este que pudiéramos llamar boceto de un cuadro que pintaré algún día. 
 
I

-Herido va el ciervo..., herido va... no hay duda. Se ve el rastro de la sangre entre las zarzas del monte, y al saltar uno de esos lentiscos han flaqueado sus piernas... Nuestro joven señor comienza por donde otros acaban... En cuarenta años de montero no he visto mejor golpe... Pero, ¡por San Saturio, patrón de Soria!, cortadle el paso por esas carrascas, azuzad los perros, soplad en esas trompas hasta echar los hígados, y hundid a los corceles una cuarta de hierro en los ijares: ¿no veis que se dirige hacia la fuente de los Álamos y si la salva antes de morir podemos darlo por perdido? 
 
Las cuencas del Moncayo repitieron de eco en eco el bramido de las trompas, el latir de la jauría desencadenada, y las voces de los pajes resonaron con nueva furia, y el confuso tropel de hombres, caballos y perros, se dirigió al punto que Iñigo, el montero mayor de los marqueses de Almenar, señalara como el más a propósito para cortarle el paso a la res. 
 
Pero todo fue inútil. Cuando el más ágil de los lebreles llegó a las carrascas, jadeante y cubiertas las fauces de espuma, ya el ciervo, rápido como una saeta, las había salvado de un solo brinco, perdiéndose entre los matorrales de una trocha que conducía a la fuente. 
 
-¡Alto!... ¡Alto todo el mundo! -gritó Iñigo entonces-. Estaba de Dios que había de marcharse.
Y la cabalgata se detuvo, y enmudecieron las trompas, y los lebreles dejaron refunfuñando la pista a la voz de los cazadores. 
 
En aquel momento, se reunía a la comitiva el héroe de la fiesta, Fernando de Argensola, el primogénito de Almenar. 
 
-¿Qué haces? -exclamó, dirigiéndose a su montero, y en tanto, ya se pintaba el asombro en sus facciones, ya ardía la cólera en sus ojos-. ¿Qué haces, imbécil? Ves que la pieza está herida, que es la primera que cae por mi mano, y abandonas el rastro y la dejas perder para que vaya a morir en el fondo del bosque. ¿Crees acaso que he venido a matar ciervos para festines de lobos? 
 
-Señor -murmuró Iñigo entre dientes-, es imposible pasar de este punto. 
 
-¡Imposible! ¿Y por qué?

-Porque esa trocha -prosiguió el montero- conduce a la fuente de los Álamos: la fuente de los Álamos, en cuyas aguas habita un espíritu del mal. El que osa enturbiar su corriente paga caro su atrevimiento. Ya la res habrá salvado sus márgenes. ¿Cómo la salvaréis vos sin atraer sobre vuestra cabeza alguna calamidad horrible? Los cazadores somos reyes del Moncayo, pero reyes que pagan un tributo. Fiera que se refugia en esta fuente misteriosa, pieza perdida.

-¡Pieza perdida! Primero perderé yo el señorío de mis padres, y primero perderé el ánima en manos de Satanás, que permitir que se me escape ese ciervo, el único que ha herido mi venablo, la primicia de mis excursiones de cazador... ¿Lo ves?... ¿Lo ves?... Aún se distingue a intervalos desde aquí; las piernas le fallan, su carrera se acorta; déjame..., déjame; suelta esa brida o te revuelvo en el polvo... ¿Quién sabe si no le daré lugar para que llegue a la fuente? Y si llegase, al diablo ella, su limpidez y sus habitadores. ¡Sus, Relámpago!; ¡sus, caballo mío! Si lo alcanzas, mando engarzar los diamantes de mi joyel en tu serreta de oro.

Caballo y jinete partieron como un huracán. Iñigo los siguió con la vista hasta que se perdieron en la maleza; después volvió los ojos en derredor suyo; todos, como él, permanecían inmóviles y consternados.

El montero exclamó al fin:

-Señores, vosotros lo habéis visto; me he expuesto a morir entre los pies de su caballo por detenerlo. Yo he cumplido con mi deber. Con el diablo no sirven valentías. Hasta aquí llega el montero con su ballesta; de aquí en adelante, que pruebe a pasar el capellán con su hisopo. 
 
II

-Tenéis la color quebrada; andáis mustio y sombrío. ¿Qué os sucede? Desde el día, que yo siempre tendré por funesto, en que llegasteis a la fuente de los Álamos, en pos de la res herida, diríase que una mala bruja os ha encanijado con sus hechizos. Ya no vais a los montes precedido de la ruidosa jauría, ni el clamor de vuestras trompas despierta sus ecos. Sólo con esas cavilaciones que os persiguen, todas las mañanas tomáis la ballesta para enderezaros a la espesura y permanecer en ella hasta que el sol se esconde. Y cuando la noche oscurece y volvéis pálido y fatigado al castillo, en balde busco en la bandolera los despojos de la caza. ¿Qué os ocupa tan largas horas lejos de los que más os quieren? 
 
Mientras Iñigo hablaba, Fernando, absorto en sus ideas, sacaba maquinalmente astillas de su escaño de ébano con un cuchillo de monte. 
 
Después de un largo silencio, que sólo interrumpía el chirrido de la hoja al resbalar sobre la pulimentada madera, el joven exclamó, dirigiéndose a su servidor, como si no hubiera escuchado una sola de sus palabras:

-Iñigo, tú que eres viejo, tú que conoces las guaridas del Moncayo, que has vivido en sus faldas persiguiendo a las fieras, y en tus errantes excursiones de cazador subiste más de una vez a su cumbre, dime: ¿has encontrado, por acaso, una mujer que vive entre sus rocas?

-¡Una mujer! -exclamó el montero con asombro y mirándole de hito en hito.

-Sí -dijo el joven-, es una cosa extraña lo que me sucede, muy extraña... Creí poder guardar ese secreto eternamente, pero ya no es posible; rebosa en mi corazón y asoma a mi semblante. Voy, pues, a revelártelo... Tú me ayudarás a desvanecer el misterio que envuelve a esa criatura que, al parecer, sólo para mí existe, pues nadie la conoce, ni la ha visto, ni puede dame razón de ella.

El montero, sin despegar los labios, arrastró su banquillo hasta colocarse junto al escaño de su señor, del que no apartaba un punto los espantados ojos... Éste, después de coordinar sus ideas, prosiguió así:

-Desde el día en que, a pesar de sus funestas predicciones, llegué a la fuente de los Álamos, y, atravesando sus aguas, recobré el ciervo que vuestra superstición hubiera dejado huir, se llenó mi alma del deseo de soledad.

Tú no conoces aquel sitio. Mira: la fuente brota escondida en el seno de una peña, y cae, resbalándose gota a gota, por entre las verdes y flotantes hojas de las plantas que crecen al borde de su cuna. Aquellas gotas, que al desprenderse brillan como puntos de oro y suenan como las notas de un instrumento, se reúnen entre los céspedes y, susurrando, susurrando, con un ruido semejante al de las abejas que zumban en torno a las flores, se alejan por entre las arenas y forman un cauce, y luchan con los obstáculos que se oponen a su camino, y se repliegan sobre sí mismas, saltan, y huyen, y corren, unas veces con risas; otras, con suspiros, hasta caer en un lago. En el lago caen con un rumor indescriptible. Lamentos, palabras, nombres, cantares, yo no sé lo que he oído en aquel rumor cuando me he sentado solo y febril sobre el peñasco a cuyos pies saltan las aguas de la fuente misteriosa, para estancarse en una balsa profunda cuya inmóvil superficie apenas riza el viento de la tarde.

Todo allí es grande. La soledad, con sus mil rumores desconocidos, vive en aquellos lugares y embriaga el espíritu en su inefable melancolía. En las plateadas hojas de los álamos, en los huecos de las peñas, en las ondas del agua, parece que nos hablan los invisibles espíritus de la Naturaleza, que reconocen un hermano en el inmortal espíritu del hombre.

Cuando al despuntar la mañana me veías tomar la ballesta y dirigirme al monte, no fue nunca para perderme entre sus matorrales en pos de la caza, no; iba a sentarme al borde de la fuente, a buscar en sus ondas... no sé qué, ¡una locura! El día en que saltó sobre ella mi Relámpago, creí haber visto brillar en su fondo una cosa extraña.., muy extraña..: los ojos de una mujer.

Tal vez sería un rayo de sol que serpenteó fugitivo entre su espuma; tal vez sería una de esas flores que flotan entre las algas de su seno y cuyos cálices parecen esmeraldas...; no sé; yo creí ver una mirada que se clavó en la mía, una mirada que encendió en mi pecho un deseo absurdo, irrealizable: el de encontrar una persona con unos ojos como aquellos. En su busca fui un día y 
 otro a aquel sitio.

Por último, una tarde... yo me creí juguete de un sueño...; pero no, es verdad; le he hablado ya muchas veces como te hablo a ti ahora...; una tarde encontré sentada en mi puesto, vestida con unas ropas que llegaban hasta las aguas y flotaban sobre su haz, una mujer hermosa sobre toda ponderación. Sus cabellos eran como el oro; sus pestañas brillaban como hilos de luz, y entre las pestañas volteaban inquietas unas pupilas que yo había visto..., sí, porque los ojos de aquella mujer eran los ojos que yo tenía clavados en la mente, unos ojos de un color imposible, unos 
ojos...

-¡Verdes! -exclamó Iñigo con un acento de profundo terror e incorporándose de un golpe en su asiento.

Fernando lo miró a su vez como asombrado de que concluyese lo que iba a decir, y le preguntó con una mezcla de ansiedad y de alegría:

-¿La conoces?

-¡Oh, no! -dijo el montero-. ¡Líbreme Dios de conocerla! Pero mis padres, al prohibirme llegar hasta estos lugares, me dijeron mil veces que el espíritu, trasgo, demonio o mujer que habita en sus aguas tiene los ojos de ese color. Yo os conjuro por lo que más améis en la tierra a no volver a la fuente de los álamos. Un día u otro os alcanzará su venganza y expiaréis, muriendo, el delito de haber encenagado sus ondas.

-¡Por lo que más amo! -murmuró el joven con una triste sonrisa.

-Sí -prosiguió el anciano-; por vuestros padres, por vuestros deudos, por las lágrimas de la que el Cielo destina para vuestra esposa, por las de un servidor, que os ha visto nacer.

-¿Sabes tú lo que más amo en el mundo? ¿Sabes tú por qué daría yo el amor de mi padre, los besos de la que me dio la vida y todo el cariño que pueden atesorar todas las mujeres de la tierra? Por una mirada, por una sola mirada de esos ojos... ¡Mira cómo podré dejar yo de buscarlos!

Dijo Fernando estas palabras con tal acento, que la lágrima que temblaba en los párpados de Iñigo se resbaló silenciosa por su mejilla, mientras exclamó con acento sombrío:

-¡Cúmplase la voluntad del Cielo!

III

-¿Quién eres tú? ¿Cuál es tu patria? ¿En dónde habitas? Yo vengo un día y otro en tu busca, y ni veo el corcel que te trae a estos lugares ni a los servidores que conducen tu litera. Rompe de una vez el misterioso velo en que te envuelves como en una noche profunda. Yo te amo, y, noble o villana, seré tuyo, tuyo siempre.

El sol había traspuesto la cumbre del monte; las sombras bajaban a grandes pasos por su falda; la brisa gemía entre los álamos de la fuente, y la niebla, elevándose poco a poco de la superficie del lago, comenzaba a envolver las rocas de su margen.

Sobre una de estas rocas, sobre la que parecía próxima a desplomarse en el fondo de las aguas, en cuya superficie se retrataba, temblando, el primogénito Almenar, de rodillas a los pies de su misteriosa amante, procuraba en vano arrancarle el secreto de su existencia.

Ella era hermosa, hermosa y pálida como una estatua de alabastro. Y uno de sus rizos caía sobre sus hombros, deslizándose entre los pliegues del velo como un rayo de sol que atraviesa las nubes, y en el cerco de sus pestañas rubias brillaban sus pupilas como dos esmeraldas sujetas en una joya de oro.

Cuando el joven acabó de hablarle, sus labios se removieron como para pronunciar algunas palabras; pero exhalaron un suspiro, un suspiro débil, doliente, como el de la ligera onda que empuja una brisa al morir entre los juncos.

-¡No me respondes! -exclamó Fernando al ver burlada su esperanza-. ¿Querrás que dé crédito a lo que de ti me han dicho? ¡Oh, no!... Háblame; yo quiero saber si me amas; yo quiero saber si puedo amarte, si eres una mujer...

-O un demonio... ¿Y si lo fuese?

El joven vaciló un instante; un sudor frío corrió por sus miembros; sus pupilas se dilataron al fijarse con más intensidad en las de aquella mujer, y fascinado por su brillo fosfórico, demente casi, exclamó en un arrebato de amor:

-Si lo fueses.:., te amaría..., te amaría como te amo ahora, como es mi destino amarte, hasta más allá de esta vida, si hay algo más de ella.

-Fernando -dijo la hermosa entonces con una voz semejante a una música-, yo te amo más aún que tú me amas; yo, que desciendo hasta un mortal siendo un espíritu puro. No soy una mujer como las que existen en la Tierra; soy una mujer digna de ti, que eres superior a los demás hombres. Yo vivo en el fondo de estas aguas, incorpórea como ellas, fugaz y transparente: hablo con sus rumores y ondulo con sus pliegues. Yo no castigo al que osa turbar la fuente donde moro; antes lo premio con mi amor, como a un mortal superior a las supersticiones del vulgo, como a un amante capaz de comprender mi caso extraño y misterioso.

Mientras ella hablaba así, el joven absorto en la contemplación de su fantástica hermosura, atraído como por una fuerza desconocida, se aproximaba más y más al borde de la roca.
La mujer de los ojos verdes prosiguió así:

-¿Ves, ves el límpido fondo de este lago? ¿Ves esas plantas de largas y verdes hojas que se agitan en su fondo?... Ellas nos darán un lecho de esmeraldas y corales..., y yo..., yo te daré una felicidad sin nombre, esa felicidad que has soñado en tus horas de delirio y que no puede ofrecerte nadie... Ven; la niebla del lago flota sobre nuestras frentes como un pabellón de lino...; las ondas nos llaman con sus voces incomprensibles; el viento empieza entre los álamos sus himnos de amor; ven..., ven.

La noche comenzaba a extender sus sombras; la luna rielaba en la superficie del lago; la niebla se arremolinaba al soplo del aire, y los ojos verdes brillaban en la oscuridad como los fuegos fatuos que corren sobre el haz de las aguas infectas... Ven, ven... Estas palabras zumbaban en los oídos de Fernando como un conjuro. Ven... y la mujer misteriosa lo llamaba al borde del abismo donde estaba suspendida, y parecía ofrecerle un beso..., un beso...

Fernando dio un paso hacía ella..., otro..., y sintió unos brazos delgados y flexibles que se liaban a su cuello, y una sensación fría en sus labios ardorosos, un beso de nieve..., y vaciló..., y perdió pie, y cayó al agua con un rumor sordo y lúgubre.

Las aguas saltaron en chispas de luz y se cerraron sobre su cuerpo, y sus círculos de plata fueron ensanchándose, ensanchándose hasta expirar en las orillas.

Me gustas tú. Manu Chao



Intentad completar los huecos, no hagáis trampa y no miréis en el video



……….. gustan los aviones, me ………… tú.
Me gusta viajar, me gustas tú.
Me gusta la …………, me gustas tú.
…………. gusta el viento, me gustas …….
Me gusta soñar, me gustas tú.
Me gusta la mar, ……….. gustas tú.

Que ............. a hacer, je ne sais pas.
Que voy a hacer, je ne sais plus.
Que voy a hacer, je suis perdu.
Que ……… son, ……….. corazón.

………. gusta la moto, …….. gustas tú.
Me ……… correr, me gustas tú.
Me gusta …….. lluvia, me gustas ……..
…………… gusta volver, me gustas tú.
Me ………… Marijuana, me ………….. tú.
Me gusta colombiana, ……………. gustas tú.
Me ……………. la ……………, me gustas tú.
Me gusta la ……………., me gustas tú.

Que voy a …………., je ne sais pas.
………….. voy a hacer, je ne sais plus.
Que voy a hacer, je suis perdu.
Que horas …………., mi ………………..

Me ……….. la …………….., me gustas ………...
Me gusta la ……………, me ………… tú.
Me …………. su ……………., me gustas …...
Me ………. camelar, me gustas tú.
………… gusta la guitarra, me gustas tú.
Me ……… el regaee, me ……. tú

Que voy a hacer, je ne sais pas.
Que ............ a hacer, je ne sais plus.
………….. voy a hacer, je suis perdu.
Que ………… son, mi corazón.




……. …………. la canela, me gustas ……….
Me ………. el fuego, …….. gustas tú.
…….. ……….. menear, me gustas tú.
Me gusta la ………., …….. gustas tú.
……….. gusta Malasaña, me gustas tú.
…….. gusta la castaña, ……. ……… tú.
Me gusta ……………., me ……… tú.

…….. voy a hacer, je ne sais pas.
Que voy a ………., je ne sais plus.
Que ……… a hacer, je suis perdu.
Que ………… son, mi corazón
Fuente: musica

Ladrones

     A mis chicos de 5º. Me gustaría que viérais esta película para el sábado que viene. 
     

Año de producción: 2007
País: España

Dirección: Jaime Marqués

Música: Federico Jusid

Fotografía: David Azcano
Distribuye en DVD: Warner
Duración: 105 min.
Público apropiado: Jóvenes-adultos

Género: Drama

Contenidos: Acción 2, Amor 3, Lágrimas 2, Risas 0, Sexo 1, Violencia 0   [de 0 a 4]

Unidos por el delito

Están pisando fuerte los debutantes en el cine español últimamente. El último talento a tener en cuenta se llama Jaime Marqués, hasta ahora director de los cortos Abierto (El eco del tiempo) y El paraíso perdido. En su puesta de largo, narra el encuentro entre dos personajes contrapuestos, a los que desarrolla con envidiable economía de medios.
Álex es un ladronzuelo callejero que desde pequeño robaba carteras con su madre, de la que acaba separándose. Incapaz de superar la ausencia materna, fracasa en su intento de rehabilitarse trabajando en una peluquería, y reincide como delincuente. En unos grandes almacenes observa a una muchacha que intenta robar torpemente un CD musical, sin darse cuenta de que los guardias de seguridad  se han percatado de la acción. Álex consigue ayudarla a salir del paso. Esto supone el inicio de una curiosa asociación criminal entre Álex y la chica, Sara, joven de buena familia, a la que no le falta de nada, y que estudia una carrera universitaria. Entre ambos también comienza una historia de amor abocada al fracaso.
Marqués enfoca la historia con cierto fatalismo, pues desde el principio parece querer dejar claro que las posibilidades de redención de los delincuentes son remotas y en todo caso parciales. Sobre todo en el caso de aquellos que no han conocido otra forma de vida, y que parecen abocados a un trágico destino. El director compone una película de pocos diálogos y emociones soterradas, bastante realista, en la que destaca su habilidad visual para narrar casi sin palabras -la secuencia en la que se encuentran los dos protagonistas por primera vez es brillante, filmada con un modélico sentido del 'tempo' y del suspense-. Además hace gala de una esmerada utilización del simbolismo, incluyendo sugerentes imágenes, como una Madonna que representa la búsqueda materna.
Pero el principal acierto del film es su descripción de la historia de amor, de las más emotivas del reciente cine español. A este respecto, el factor clave es el trabajo de los protagonistas. María Valverde demuestra que con el tiempo será una de las grandes actrices españolas. Y Juan José Ballesta, muy crecido desde los tiempos de El Bola, tiene un único registro, pero una vez más borda el papel de joven humilde.