Aprender idiomas. Eduard Punset


¿Por qué a algunas personas se nos da estupendamente aprender idiomas con un buen acento y otras no? Lo que quiero saber es ¿Qué hay de diferente en mi cerebro?
Responde: Noelia Sancho.


Si algo hemos avanzado estos años en conocimientos sobre el aprendizaje, y por tanto, también sería positivo que se adaptase la educación formal de las escuelas, es el descubrir que no es solo un mecanismo cerebral de repetición. Al igual que existen diferentes tipos de memorias (comprensiva, de repetición, fotográfica, auditiva), en el aprendizaje intervienen también multitud de habilidades e incluso experiencias de las personas. Por ejemplo, alguien que haya hecho deporte en su vida probablemente habrá desarrollado habilidades motrices que le sirvan para en otros momentos. Pero alguien que dentro de ese deporte haya hecho hockey sobre hierba, si tiene que aprender a jugar jockey sobre hielo, puede resultarle más fácil.

Observamos que los niños de familias bilingües o que aprenden la enseñanza del idioma no suelen necesitar la enseñanza formal de la gramática (igual que nosotros de nuestra lengua materna). Parece que en adultos es necesaria la enseñanza formal también de una gramática y un soporte. Aún así se recomienda la convivencia en ambientes del idioma diferente para acelerar el aprendizaje, y automatizar los mecanismos que influyen en el uso del lenguaje.

La lingüista Karin Murarova, dice que según Noam Chomsky existe un principio de Gramática Universal, los principios innatos que hacen que no necesitemos aprender por fuerza bruta. El lenguaje tiene estructura jerárquica (no lineal), y la jerarquía está en la biología, no hay que aprenderla. Existe un periodo crítico en el que la biología es permisiva, después de este periodo, toda la experiencia del mundo ya no servirá de nada. El aprendizaje de una lengua antes del período crítico es un proceso muy distinto de aprender una segunda lengua después del periodo crítico, ya que se emplean diferentes mecanismos. Cada aspecto del lenguaje se desarrolla en cierta etapa: fonética (0-12 meses), léxico (11-22 meses), sintaxis (22-36 meses), pragmática (3-6 años). La lengua nativa se adquiere gracias al apoyo de una carga innata, mientras en la segunda lengua se emplean mecanismos cognitivos de aprendizaje general. Existe un desfase entre niños y adultos en lo que respecta a capacidades cognitivas y lingüísticas independientemente con respecto a la inteligencia de cada individuo. Así pues los ejercicios como los sensomotrices en la edad preescolar (saber situarse en el tiempo y el espacio), pueden determinar las capacidades lingüísticas, como la destreza, en utilizar correctamente los diferentes aspectos gramaticales, como los tiempos verbales, los verbos de movimiento, los adverbios de posición. 

Con el aprendizaje de idiomas en adulto, de nuevo influyen muchos factores, aunque en adolescentes-adultos parece que influirían tres factores: la capacidad auditiva, que permite reconocer y recordar nuevos sonidos; la posibilidad de relacionar el sonido acústico con su representación escrita; y por último, la sensibilidad gramatical, que permite interpretar las relaciones lingüísticas y deducir las normas de funcionamiento del idioma. Las personas que aprender uno o más idiomas diferentes del materno, desarrollan a su vez nuevas formas de aprendizaje para otros nuevos idiomas en el futuro. Por tanto, en principio no son diferencias tanto a nivel cerebral sino de aprendizajes y experiencias, interviniendo el desarrollo de las habilidades en el camino. El esfuerzo y la convivencia con el idioma a aprender parecen claves en el aprendizaje adulto, por eso cada vez más métodos insisten en ello, y se ven más películas extranjeras en versión original o se fomenta el intercambio o los Erasmus.

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