Waka waka. Shakira




Llegó el momento,
caen las murallas
va a comenzar
la única justa
de la batallas.

No duele el golpe,
no existe el miedo
quítate el polvo,
ponte de pie
y vuelves al ruedo.

Y la presión
que sientes
espera en ti,
tu gente

Ahora vamos por todo
y te acompaña la suerte
samina mina Zangaléwa
porque esto es África.

Samina mina ¡eh! ¡eh!
waka waka ¡eh! ¡eh!
samina mina Zangaléwa
porque esto es África.

Oye tu Dios y
no estarás solo
llegas aquí
para brillar
lo tienes todo.

La hora se acerca
es el momento
vas a ganar
cada batalla
ya lo presiento.

Hay que empezar
de cero
para tocar
el cielo.

Ahora vamos por todo
y todos vamos por ellos
samina mina Zangaléwa
porque esto es África.

Samina mina ¡eh! ¡eh!
waka waka ¡eh! ¡eh!
samina mina Zangaléwa
porque esto es África.

Llego el momento,
caen las murallas
va a comenzar
la única justa
de la batallas.

No duele el golpe,
no existe el miedo
quítate el polvo,
ponte de pie
y vuelves al ruedo.

Y la presión
que sientes
espera en ti,
tu gente!

Ahora vamos por todo
y te acompaña la suerte
samina mina Zangaléwa
porque esto es África.

Samina mina ¡eh! ¡eh!
waka waka ¡eh! ¡eh!
samina mina Zangaléwa
porque esto es África.

Oye tu dios y
no estarás solo
llegas aquí
para brillar
lo tienes todo.

La hora se acerca
es el momento
vas a ganar
cada batalla
ya lo presiento.

Hay que empezar
de cero
para tocar
el cielo.

Ahora vamos por todo
y todos vamos por ellos
samina mina Zangaléwa
porque esto es África.

Samina mina ¡eh! ¡eh!
waka waka ¡eh! ¡eh!
samina mina Zangaléwa
porque esto es África.

Con limón y sal. Julieta Venegas



Tengo que confesar que a veces
no me gusta tu forma de ser
luego te me desapareces
y no entiendo muy bien porque...

no dices nada romántico
cuando llega el atardecer
te pones de un humor extraño
con cada luna llena al mes.

Pero todooo lo demás
le gana lo bueno que me das
sólo tenerte cerca
siento que vuelvo a empezar.

CORO:
Yo te quiero con limón y sal,
yo te quiero tal y como estás,
no hace falta cambiarte nada,
yo te quiero si vienes o si vas,
si subes si bajas y no estás
seguro, de lo que sientes.

Tengo que confesarte ahora
nunca creí en la felicidad
a veces algo se le parece,
pero es pura casualidad.

Luego me vengo a encontrar
con tus ojos y me dan algo más
solo tenerte cerca siento
que vuelvo a empezar.

CORO:
Yo te quiero con limón y sal,
yo te quiero tal y como estás,
no hace falta cambiarte nada,
yo te quiero si vienes o si vas,
si subes y bajas y no estás
seguro de lo que sientees.

Yo te quiero con limón y sal,
yo te quiero tal y como estás,
no hace falta cambiarte nada,
yo te quiero si vienes o si vas,
si subes y bajas y no estás
seguro de lo que sienteees.

Solo tenerte cerca
siento que vuelvo a empezar....

Don de lenguas

Que saber idiomas es importante y que nos abre muchas puertas al conocimiento y al mundo es incuestionable. En España, empezamos a superar el mito de que a los españoles nos cuesta mucho aprender otras lenguas, a pesar de que sí es cierto que seguimos a la cola de los paises con más inquietud y formación en otros idiomas. En cualquier caso, cada vez estamos más concienciados de que hay que educar en la pluralidad lingüistica. Lo saben bien en la Escuela Oficial de Idiomas, que este año celebra su primer centenario. Más de 400 mil alumnos, repartidos en 300 centros de toda España, aprenden 23 lenguas diferentes. En los años 50 el inglés superó al francés como idioma más demandado, y hoy conserva esa posición porque es la lengua universal de los negocios, la ciencia o el turismo... Pero en los últimos años, el inglés tiene un competidor que empieza a ganar terreno, el chino, la lengua de la segunda potencia económica mundial.

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¿De dónde son típicos?
¿Cómo se hacen?


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Tú y yo volvemos al amor. Mónica Naranjo




Llevo ya dos noches sin dormir,
Llevo más de dos días sin salir,
¿por qué no llamas?,
La vida es algo mas que pelear,
Así nunca se llega a un buen final.

Parece que ya todo terminó,
Parece que sin más dijiste adiós.
No entiendo nada,
Si ayer nos volvia locos la pasión,
Si ayer gozamos juntos el amor.

Y es que ya empiezo a estar harta
De continuar, de ver como esas
Historias te hacen dudar,
No dudes más.
Que estando juntos la vida,
Un sueño será,
Haremos cosas prohibidas
Que a gloria sabrán,
Y entenderás,
Que ahora tú y yo,
Volvemos al amor.
Y es que yo a tí no te pierdo sin razón.

Deseo que regreses para hablar,
Deseo que volvamos a empezar.
No te das cuenta,
Que te lo estoy pidiendo por favor,
No tengo yo la culpa de un error.

Y es que ya empiezo a estar harta
De continuar, de ver como
Esas historias te hacen dudar,
No dudes más.
Que estando juntos la vida,
Un sueño será,
Haremos cosas prohibidas
Que a gloria sabrán,
Y entenderás,
Que ahora tú y yo,
Volvemos al amor.
Y es que yo a tí no
Te pierdo sin razón.

Y entenderás,
Que ahora tú y yo
Volvemos al amor.

Que ahora tú y yo
Volemos al amor,
Que ahora tú y yo volvemos
Al amor, oh, oh...
Que ahora tú y yo volvemos al amor,
Que ahora tú y yo volvemos...

Hijo de la luna. MECANO


Videos tu.tv

Tonto el que no entienda

Cuenta una leyenda

Que una hembra gitana

conjuró a la luna hasta el amanecer

Llorando pedía

al llegar el día

desposar un calé



-"Tendrás a tu hombre piel morena"

desde el cielo habló la luna llena

-"Pero a cambio quiero

el hijo primero

que le engendres a él"

Que quien su hijo inmola

para no estar sola

poco le iba a querer

(estribillo)

Luna quieres ser madre

y no encuentras querer

que te haga mujer

dime luna de plata

que pretendes hacer

con un niño de piel

hijo de la luna



De padre canela nació un niño

blanco como el lomo de un armiño

con los ojos grises

en vez de aceituna

Niño albino de luna

-"Maldita su estampa

Este hijo es de un payo

y yo no me lo callo"


(estribillo)


Gitano al creerse deshonrado

se fue a su mujer cuchillo en mano

-"¿ De quién es el hijo?

Me has engañao fijo"

Y de muerte la hirió

Luego se hizo al monte

con el niño en brazos

y allí le abandonó


(estribillo)


Y las noches que haya luna llena

será porque el niño esté de buenas

Y si el niño llora

menguará la luna

para hacerle una cuna

Y si el niño llora

menguará la luna

para hacerle una cuna.

Más letras: http://www.letrasmania.com/letras/letras_de_canciones_mecano_2344_letras_entre_el_cielo_y_el_suelo_6550_letras_hijo_de_la_luna_77493.html
Todo sobre Mecano: http://www.musictory.es/musica/Mecano





BIUTIFUL



TRAILER

TÍTULO O Biutiful
AÑO
2010
DURACIÓN
145 min.
PAÍS

DIRECTOR Alejandro González Iñárritu
GUIÓN Alejandro González Iñárritu, Armando Bo, Nicolás Giacobone (Historia: Alejandro González Iñárritu)
MÚSICA Gustavo Santaolalla
FOTOGRAFÍA Rodrigo Prieto
REPARTO Javier Bardem, Maricel Álvarez, Diaryatou Daff, Eduard Fernández, Ana Wagener, Guillermo Estrella, Rubén Ochandiano, Félix Cubero, Martina García, Manolo Solo, Karra Elejalde
PRODUCTORA Coproducción México-España; Menage Atroz / Cha Cha Cha / Mod Producciones / Ikiru Films / Focus Features
WEB OFICIAL http://www.biutiful-lapelicula.es/
PREMIOS 2010: Oscars: 2 nominaciones: Mejor actor (Bardem) y película de habla no inglesa
2010: Festival de Cannes: Mejor actor (Javier Bardem) (ex-aequo)
2010: Globos de Oro: 1 Nominación: Mejor film de habla no inglesa
2010: 1 Premio Goya: Mejor actor (Javier Bardem). 8 nominaciones
2010: Premios BAFTA: 2 nominaciones: actor (Bardem) y película en habla no inglesa
GÉNERO Drama | Drama social. Inmigración
SINOPSIS Retrato de la vida de Uxbal: padre abnegado e hijo desamparado. Intermediario de la sombra. Próximo a los desaparecidos. Atraído por los fantasmas. Sensible a los espíritus. Superviviente en el corazón de una Barcelona invisible. Sintiendo que la muerte le ronda, intenta encontrar la paz, proteger a sus hijos, salvarse a sí mismo. La historia de Uxbal es sencilla y compleja, al igual que nuestras vidas de hoy. (FILMAFFINITY)


CENTUR (Belem do Pará, Brasil): De quarta a domingo

de 13 a 24 de abril

às 19h

Ingresso: R$ 5,00

Na quarta-feira: Projeto Plateia (entrada franca para estudantes)*
*Mediante comprovação estudantil, exceto carteira de meia-passagem

El sol no regresa




Hace dias perdi
en alguna cantina
la mitad de mi alma
mas el quince de propina.

No es que sea el alcohol
la mejor medicina
pero ayuda a olvidar
cuando no ves la salida.

Hoy te intento contar
que todo va bien
aunque no te lo creas
aunque a estas alturas
un ultimo esfuerzo
no valga la pena.

Hoy los buenos recuerdos
se caen por las escaleras
y tras varios tequilas
las nubes se van
pero el sol no regresa.

Sueños de habitación
de a un hotel de carretera
y unas gotas de lluvia
que guardo en esta maleta
ruedan por el colchón
de mi cama ya desierta.

es la mejor solución
para el dolor de cabeza.

Hoy te intento contar
que todo va bien
aunque no te lo creas
aunque a estas alturas
un ultimo esfuerzo
no valga la pena.

Hoy los buenos recuerdos
se caen por las escaleras
y tras varios tequilas
las nubes se van
pero el sol no regresa.

Hoy te intento contar
que todo va bien
aunque no te lo creas
aunque a estas alturas
un ultimo esfuerzo
no valga la pena.

Hoy los buenos recuerdos
se caen por las escaleras
y tras varios tequilas
las nubes se van
pero el sol no regresa.

Puede ser



No se si quedan amigos
Ni si existe el amor
Si puedo contar contigo
Para hablar de dolor
Si existe alguien que escuche
Cuando alzo la voz
Y no sentirme sola

Puede ser
Que la vida me guíe hasta el sol
Puede ser
Que el mal domine tus horas
O que toda tu risa
Le gane ese pulso al dolor
Puede ser
Que lo malo sea hoy

Naces y vives solo
Naces y vives solo
Naces y vives solo

Voy haciendo mis planes
Voy sabiendo quien soy
Voy buscando mi parte
Voy logrando el control
Van jugando contigo
Van rompiendo tu amor
Van dejandote solo

Naces y vives solo
Naces y vives solo
Naces y vives solo

Algo puede mejorar
Algo que pueda encontar
Algo que me dé ese aliento
Que me ayude a imaginar
Y yo lo quiero lograr
Ya no quiero recordar
Y darle tiempo a este momento
Que me ayude a superar
Que me de tu sentimiento

Puede ser
Que la vida me guíe hasta el sol
Puede ser
Que el mal domine tus horas
O que toda tu risa
Le gane ese pulso al dolor
Puede ser
Que lo malo sea hoy

Puede ser
Que la vida me guíe hasta el sol
Puede ser
Que el mal domine tus horas
O que toda tu risa
Le gane ese pulso al dolor, al dolor, al dolor

Algo puede mejorar
Algo que pueda encontrar
Que me ayude a imaginar
Y yo lo quiero lograr

COLOREO MI MUNDO

POCOYO: Serie española de dibujos animados

¡BUSCA LULA, BUSCA!

POCOYO: Serie española de dibujos animados

SOY UNA TAZA



Soy una taza, una tetera, una cuchara y un cucharón
Un plato hondo, un plato llano, un cuchillito y un tenedor
Soy un salero, el azucarero, la batidora y una olla exprés
Chuuuu, chuuuuuuuuuuuuuu


EL BUEN RAMON

Canciones infantiles



En un vagón cargado de sandias
el buen Ramón perdió una zapatilla
¿Qué hacía el buen Ramón adentro del vagón?
¿Que hacía la sandía sobre la zapatilla?
¿Qué hacía el vagón? Corría por la vía

Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra



COMIC ESPAÑOL LLEVADO AL CINE

TITULO Mortadelo y Filemón. Misión: salvar la Tierra
AÑO
2008
DURACIÓN
94 min.
PAÍS
DIRECTOR Miguel Bardem
GUIÓN Miguel Bardem, Carlos Martín, Juan V. Pozuelo (Cómic: Francisco Ibáñez)
MÚSICA Juan Bardem
FOTOGRAFÍA Unax Mendía
REPARTO Eduard Soto, Pepe Viyuela, Berta Ojea, Mariano Venancio, Janfri Topera, Carlos Santos, Emilio Gavira, Carmen Ruiz
PRODUCTORA Ensueño Films / Zeta Audiovisual
WEB OFICIAL http://www.myfmisionsalvarlatierra.com

Comedia / SINOPSIS: El planeta se enfrenta a una gran amenaza. Coincidiendo con una gran sequía, un grupo de malhechores se propone eliminar las reservas de agua que quedan en la tierra. Los mejores agentes secretos del mundo se reúnen urgentemente, pero no cuentan con ninguna pista. Para empeorar las cosas, el malvado Botijola (Carlos Santos) planea atentar contra esa reunión, para acabar así con todos los agentes. Su intención es convertir la bebida que lleva su nombre en el sustituto del agua. Para ello, intentará también secuestrar al profesor Bacterio (Janfri Topera). Sin embargo, hay dos cosas con las que Botijola no contaba. Por un lado, Bacterio, antes de ser secuestrado, escondió las piezas de su invento en distintos momentos históricos, utilizando la máquina del tiempo. Por otro, hay dos de los agentes internacionales que no han acudido a la reunión saboteada, ellos van a convertirse en la única esperanza del mundo. Mortadelo (Eduard Soto) y Filemón (Pepe Viyuela) tendrán que dejar de lado sus disputas para volver de nuevo a la acción, con la inestimable ayuda de Ofelia (Berta Ojea) y siguiendo los designios del Súper (Mariano Venancio)… (FILMAFFINITY)
—————————————-
“Si Fesser soñó a los personajes de Ibáñez en el centro de su poética personal, Bardem intenta acercarse más a su modelo, articulando una aventura quizás menos excéntrica, pero más legible, con voluntad de lograr un producto familiar.” (Jordi Costa: Diario El País)

Origen de la pelicula online Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra gracias Jsalo

TESIS


NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18 AÑOS


FICHA TECNICA



AÑO
1996
DURACIÓN
120 min.
PAÍS España
DIRECTOR Alejandro Amenábar
GUIÓN Alejandro Amenábar & Mateo Gil
MÚSICA Alejandro Amenábar & Mariano Marín
FOTOGRAFÍA Hans Burmann
REPARTO Ana Torrent, Fele Martínez, Eduardo Noriega, Nieves Herranz, Rosa Campillo, Miguel Picazo, Xabier Elorriaga
PRODUCTORA Las producciónes del Escorpión S.L.

1996: Goya a la mejor película / Intriga / SINOPSIS: Ángela, estudiante de Imagen, está preparando una tesis sobre la violencia audiovisual. Como complemento a su trabajo, su director de tesis se compromete a buscar en la videoteca de la facultad material para ella, pero al día siguiente aparece muerto. Ángela conoce a Chema, un compañero experto en cine gore y pornográfico, y a Bosco, un extraño chico, amigo íntimo de una joven asesinada en una snuff movie. (FILMAFFINITY)
—————————————-
“Más que curiosa (…) detrás de “Tesis” existe un auténtico director de cine con genuina personalidad para crear tensión y mantener la atención del espectador” (Carlos Boyero: Diario El Mundo)

 

La intrusa


[Cuento. Texto completo]

Jorge Luis Borges

Dicen (lo cual es improbable) que la historia fue referida por Eduardo, el menor de los Nelson, en el velorio de Cristián, el mayor, que falleció de muerte natural, hacia mil ochocientos noventa y tantos, en el partido de Morón. Lo cierto es que alguien la oyó de alguien, en el decurso de esa larga noche perdida, entre mate y mate, y la repitió a Santiago Dabove, por quien la supe. Años después, volvieron a contármela en Turdera, donde había acontecido. La segunda versión, algo más prolija, confirmaba en suma la de Santiago, con las pequeñas variaciones y divergencias que son del caso. La escribo ahora porque en ella se cifra, si no me engaño, un breve y trágico cristal de la índole de los orilleros antiguos. Lo haré con probidad, pero ya preveo que cederé a la tentación literaria de acentuar o agregar algún pormenor. En Turdera los llamaban los Nilsen. El párroco me dijo que su predecesor recordaba, no sin sorpresa, haber visto en la casa de esa gente una gastada Biblia de tapas negras, con caracteres góticos; en las últimas páginas entrevió nombres y fechas manuscritas. Era el único libro que había en la casa. La azarosa crónica de los Nilsen, perdida como todo se perderá. El caserón, que ya no existe, era de ladrillo sin revocar; desde el zaguán se divisaban un patio de baldosa colorada y otro de tierra. Pocos, por lo demás, entraron ahí; los Nilsen defendían su soledad. En las habitaciones desmanteladas dormían en catres; sus lujos eran el caballo, el apero, la daga de hojas corta, el atuendo rumboso de los sábados y el alcohol pendenciero. Sé que eran altos, de melena rojiza. Dinamarca o Irlanda, de las que nunca oirían hablar, andaban por la sangre de esos dos criollos. El barrio los temía a los Colorados; no es imposible que debieran alguna muerte. Hombro a hombro pelearon una vez a la policía. Se dice que el menor tuvo un altercado con Juan Iberra, en el que no llevó la peor parte, lo cual, según los entendidos, es mucho. Fueron troperos, cuarteadores, cuatreros y alguna vez tahúres. Tenían fama de avaros, salvo cuando la bebida y el juego los volvían generosos. De sus deudos nada se sabe y ni de dónde vinieron. Eran dueños de una carreta y una yunta de bueyes.
Físicamente diferían del compadraje que dio su apodo forajido a la Costa Brava. Esto, y lo que ignoramos, ayuda a comprender lo unidos que fueron. Malquistarse con uno era contar con dos enemigos.
Los Nilsen eran calaveras, pero sus episodios amorosos habían sido hasta entonces de zaguán o de casa mala. No faltaron, pues, comentarios cuando Cristián llevó a vivir con él a Juliana Burgos. Es verdad que ganaba así una sirvienta, pero no es menos cierto que la colmó de horrendas baratijas y que la lucía en las fiestas. En las pobres fiestas de conventillo, donde la quebrada y el corte estaban prohibidos y donde se bailaba, todavía, con mucha luz. Juliana era de tez morena y de ojos rasgados; bastaba que alguien la mirara, para que se sonriera. En un barrio modesto, donde el trabajo y el descuido gastan a las mujeres, no era mal parecida.
Eduardo los acompañaba al principio. Después emprendió un viaje a Arrecifes por no sé qué negocio; a su vuelta llevó a la casa una muchacha, que había levantado por el camino, y a los pocos días la echó. Se hizo más hosco; se emborrachaba solo en el almacén y no se daba con nadie. Estaba enamorado de la mujer de Cristián. El barrio, que tal vez lo supo antes que él, previó con alevosa alegría la rivalidad latente de los hermanos.
Una noche, al volver tarde de la esquina, Eduardo vio el oscuro de Cristián atado al palenque En el patio, el mayor estaba esperándolo con sus mejores pilchas. La mujer iba y venía con el mate en la mano. Cristián le dijo a Eduardo:
-Yo me voy a una farra en lo de Farías. Ahí la tenés a la Juliana; si la querés, usala.
El tono era entre mandón y cordial. Eduardo se quedó un tiempo mirándolo; no sabía qué hacer. Cristián se levantó, se despidió de Eduardo, no de Juliana, que era una cosa, montó a caballo y se fue al trote, sin apuro.
Desde aquella noche la compartieron. Nadie sabrá los pormenores de esa sórdida unión, que ultrajaba las decencias del arrabal. El arreglo anduvo bien por unas semanas, pero no podía durar. Entre ellos, los hermanos no pronunciaban el nombre de Juliana, ni siquiera para llamarla, pero buscaban, y encontraban razones para no estar de acuerdo. Discutían la venta de unos cueros, pero lo que discutían era otra cosa. Cristián solía alzar la voz y Eduardo callaba. Sin saberlo, estaban celándose. En el duro suburbio, un hombre no decía, ni se decía, que una mujer pudiera importarle, más allá del deseo y la posesión, pero los dos estaban enamorados. Esto, de algún modo, los humillaba.
Una tarde, en la plaza de Lomas, Eduardo se cruzó con Juan Iberra, que lo felicitó por ese primor que se había agenciado. Fue entonces, creo, que Eduardo lo injurió. Nadie, delante de él, iba a hacer burla de Cristián.
La mujer atendía a los dos con sumisión bestial; pero no podía ocultar alguna preferencia por el menor, que no había rechazado la participación, pero que no la había dispuesto.
Un día, le mandaron a la Juliana que sacara dos sillas al primer patio y que no apareciera por ahí, porque tenían que hablar. Ella esperaba un diálogo largo y se acostó a dormir la siesta, pero al rato la recordaron. Le hicieron llenar una bolsa con todo lo que tenía, sin olvidar el rosario de vidrio y la crucecita que le había dejado su madre. Sin explicarle nada la subieron a la carreta y emprendieron un silencioso y tedioso viaje. Había llovido; los caminos estaban muy pesados y serían las once de la noche cuando llegaron a Morón. Ahí la vendieron a la patrona del prostíbulo. El trato ya estaba hecho; Cristián cobró la suma y la dividió después con el otro.
En Turdera, los Nilsen, perdidos hasta entonces en la mañana (que también era una rutina) de aquel monstruoso amor, quisieron reanudar su antigua vida de hombres entre hombres. Volvieron a las trucadas, al reñidero, a las juergas casuales. Acaso, alguna vez, se creyeron salvados, pero solían incurrir, cada cual por su lado, en injustificadas o harto justificadas ausencias. Poco antes de fin de año el menor dijo que tenía que hacer en la Capital. Cristián se fue a Morón; en el palenque de la casa que sabemos reconoció al overo de Eduardo. Entró; adentro estaba el otro, esperando turno. Parece que Cristián le dijo:
-De seguir así, los vamos a cansar a los pingos. Más vale que la tengamos a mano.
Habló con la patrona, sacó unas monedas del tirador y se la llevaron. La Juliana iba con Cristián; Eduardo espoleó al overo para no verlos.
Volvieron a lo que ya se ha dicho. La infame solución había fracasado; los dos habían cedido a la tentación de hacer trampa. Caín andaba por ahí, pero el cariño entre los Nilsen era muy grande -¡quién sabe qué rigores y qué peligros habían compartido!- y prefirieron desahogar su exasperación con ajenos. Con un desconocido, con los perros, con la Juliana, que habían traído la discordia.
El mes de marzo estaba por concluir y el calor no cejaba. Un domingo (los domingos la gente suele recogerse temprano) Eduardo, que volvía del almacén, vio que Cristián uncía los bueyes. Cristián le dijo:
-Vení, tenemos que dejar unos cueros en lo del Pardo; ya los cargué; aprovechemos la fresca.
El comercio del Pardo quedaba, creo, más al Sur; tomaron por el Camino de las Tropas; después, por un desvío. El campo iba agrandándose con la noche.
Orillaron un pajonal; Cristián tiró el cigarro que había encendido y dijo sin apuro:
-A trabajar, hermano. Después nos ayudarán los caranchos. Hoy la maté. Que se quede aquí con su pilchas, ya no hará más perjuicios.
Se abrazaron, casi llorando. Ahora los ataba otro círculo: la mujer tristemente sacrificada y la obligación de olvidarla.

FIN

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/borges/intrusa.htm

El refranero español.

PONER LOS PUNTOS SOBRE LAS ÍES

Durante el transcurso del siglo XVI, fueron introducidos los caracteres góticos en la escritura común. Entonces, los copistas -importantísima profesión en esa época- adoptaron la práctica de poner un pequeño tilde sobre la i minúscula, para evitar que la presencia de dos de estas letras seguidas fuese confundida con una "u" (como si hoy tuviéramos que escribir a mano y en letra cursiva el término compuesto anti-inflacionario).

Por supuesto, esta innovación no fue bien recibida por todos los escribas y por algunas de las personas letradas, de manera que comenzaron a discrepar con la medida; tanto fue así, que para muchos, la acción de poner los puntos sobre las íes no pasaba de ser una prolijidad ociosa, propia de personas excesivamente meticulosas y maniáticas del esmero.

Con el correr del tiempo, este concepto fue desplazado por el que tiene la frase en la actualidad, es decir, ejecutar todo muy detalladamente, sobre todo lo que normalmente se hacía de manera imprecisa, aunque entre nosotros suele aplicarse a la persona que siente la necesidad de aclarar determinada situación porque prefiere las cosas transparentes.

Puedes contar conmigo. La oreja de Van Gogh


Un café con sal. ganas de llorar.
mi mundo empezando a temblar,
presiento que se acerca el final.
no quiero ganar. ahora eso qué más da.
estoy cansada ya de inventar excusas que no saben andar.
y sólo quedarán los buenos momentos de ayer que fueron de los dos.
y hoy sólo quiero creer ...
Que recordarás las tardes de invierno por madrid,
las noches enteras sin dormir.
la vida pasaba y yo sentía que me iba a morir de amor
al verte esperando en mi portal sentado en el suelo sin pensar
que puedes contar conmigo.
Nunca hubo maldad. sólo ingenuidad.
pretendiendo hacernos creer que el mundo estaba a nuestros pies.
cuando el sueño venga a por mí en silencio voy a construir
una vida a todo color donde vivamos juntos los dos.
y sólo quedarán los buenos momentos de ayer que fueron de los dos.
y hoy sólo quiero creer...
Que recordarás las tardes de invierno por madrid,
las noches enteras sin dormir.
la vida pasaba y yo sentía que me iba a morir de amor
al verte esperando en mi portal sentado en el suelo sin pensar
que puedes contar conmigo para siempre.
Y no puedo evitar echarte de menos
mientras das la mano a mi tiempo y te vas.
yo siento que quiero verte y verte y pienso
que recordarás las tardes de invierno por madrid,
las noches enteras sin dormir.
la vida pasaba y yo sentía que me iba a morir de amor
al verte esperando en mi portal sentado en el suelo sin pensar
que puedes contar conmigo.
que recordarás las tardes de invierno por madrid,
las noches enteras sin dormir.
la vida se pasa y yo me muero, me muero por ti.
Fuente: musica.com
La Oreja De Van Gogh


¡Y AHORA SOLO TU!




La oreja de Van Gogh

Aprender idiomas. Eduard Punset


¿Por qué a algunas personas se nos da estupendamente aprender idiomas con un buen acento y otras no? Lo que quiero saber es ¿Qué hay de diferente en mi cerebro?
Responde: Noelia Sancho.


Si algo hemos avanzado estos años en conocimientos sobre el aprendizaje, y por tanto, también sería positivo que se adaptase la educación formal de las escuelas, es el descubrir que no es solo un mecanismo cerebral de repetición. Al igual que existen diferentes tipos de memorias (comprensiva, de repetición, fotográfica, auditiva), en el aprendizaje intervienen también multitud de habilidades e incluso experiencias de las personas. Por ejemplo, alguien que haya hecho deporte en su vida probablemente habrá desarrollado habilidades motrices que le sirvan para en otros momentos. Pero alguien que dentro de ese deporte haya hecho hockey sobre hierba, si tiene que aprender a jugar jockey sobre hielo, puede resultarle más fácil.

Observamos que los niños de familias bilingües o que aprenden la enseñanza del idioma no suelen necesitar la enseñanza formal de la gramática (igual que nosotros de nuestra lengua materna). Parece que en adultos es necesaria la enseñanza formal también de una gramática y un soporte. Aún así se recomienda la convivencia en ambientes del idioma diferente para acelerar el aprendizaje, y automatizar los mecanismos que influyen en el uso del lenguaje.

La lingüista Karin Murarova, dice que según Noam Chomsky existe un principio de Gramática Universal, los principios innatos que hacen que no necesitemos aprender por fuerza bruta. El lenguaje tiene estructura jerárquica (no lineal), y la jerarquía está en la biología, no hay que aprenderla. Existe un periodo crítico en el que la biología es permisiva, después de este periodo, toda la experiencia del mundo ya no servirá de nada. El aprendizaje de una lengua antes del período crítico es un proceso muy distinto de aprender una segunda lengua después del periodo crítico, ya que se emplean diferentes mecanismos. Cada aspecto del lenguaje se desarrolla en cierta etapa: fonética (0-12 meses), léxico (11-22 meses), sintaxis (22-36 meses), pragmática (3-6 años). La lengua nativa se adquiere gracias al apoyo de una carga innata, mientras en la segunda lengua se emplean mecanismos cognitivos de aprendizaje general. Existe un desfase entre niños y adultos en lo que respecta a capacidades cognitivas y lingüísticas independientemente con respecto a la inteligencia de cada individuo. Así pues los ejercicios como los sensomotrices en la edad preescolar (saber situarse en el tiempo y el espacio), pueden determinar las capacidades lingüísticas, como la destreza, en utilizar correctamente los diferentes aspectos gramaticales, como los tiempos verbales, los verbos de movimiento, los adverbios de posición. 

Con el aprendizaje de idiomas en adulto, de nuevo influyen muchos factores, aunque en adolescentes-adultos parece que influirían tres factores: la capacidad auditiva, que permite reconocer y recordar nuevos sonidos; la posibilidad de relacionar el sonido acústico con su representación escrita; y por último, la sensibilidad gramatical, que permite interpretar las relaciones lingüísticas y deducir las normas de funcionamiento del idioma. Las personas que aprender uno o más idiomas diferentes del materno, desarrollan a su vez nuevas formas de aprendizaje para otros nuevos idiomas en el futuro. Por tanto, en principio no son diferencias tanto a nivel cerebral sino de aprendizajes y experiencias, interviniendo el desarrollo de las habilidades en el camino. El esfuerzo y la convivencia con el idioma a aprender parecen claves en el aprendizaje adulto, por eso cada vez más métodos insisten en ello, y se ven más películas extranjeras en versión original o se fomenta el intercambio o los Erasmus.

Blog de Eduard Punset » Aprender idiomas

Cuentos de Jorge Luis Borges

El evangelio según Marcos


Jorge Luis Borges: Argentina, 1899-1986

El hecho sucedió en la estancia Los Álamos, en el partido de Junín, hacia el sur, en los últimos días del mes de marzo de 1928. Su protagonista fue un estudiante de medicina, Baltasar Espinosa. Podemos definirlo por ahora como uno de tantos muchachos porteños, sin otros rasgos dignos de nota que esa facultad oratoria que le había hecho merecer más de un premio en el colegio inglés de Ramos Mejía y que una casi ilimitada bondad. No le gustaba discutir; prefería que el interlocutor tuviera razón y no él. Aunque los azares del juego le interesaban, era un mal jugador, porque le desagradaba ganar. Su abierta inteligencia era perezosa; a los treinta y tres años le faltaba rendir una materia para graduarse, la que más lo atraía. Su padre, que era librepensador, como todos los señores de su época, lo había instruido en la doctrina de Herbert Spencer, pero su madre, antes de un viaje a Montevideo, le pidió que todas las noches rezara el Padrenuestro e hiciera la señal de la cruz. A lo largo de los años no había quebrado nunca esa promesa. No carecía de coraje; una mañana había cambiado, con más indiferencia que ira, dos o tres puñetazos con un grupo de compañeros que querían forzarlo a participar en una huelga universitaria. Abundaba, por espíritu de aquiescencia, en opiniones o hábitos discutibles: el país le importaba menos que el riesgo de que en otras partes creyeran que usamos plumas; veneraba a Francia pero menospreciaba a los franceses; tenía en poco a los americanos, pero aprobaba el hecho de que hubiera rascacielos en Buenos Aires; creía que los gauchos de la llanura son mejores jinetes que los de las cuchillas o los cerros. Cuando Daniel, su primo, le propuso veranear en Los Álamos, dijo inmediatamente que sí, no porque le gustara el campo sino por natural complacencia y porque no buscó razones válidas para decir que no. El casco de la estancia era grande y un poco abandonado; las dependencias del capataz, que se llamaba Gutre, estaban muy cerca. Los Gutres eran tres: el padre, el hijo, que era singularmente tosco, y una muchacha de incierta paternidad. Eran altos, fuertes, huesudos, de pelo que tiraba a rojizo y de caras aindiadas. Casi no hablaban. La mujer del capataz había muerto hace años.
Espinosa, en el campo, fue aprendiendo cosas que no sabía y que no sospechaba. Por ejemplo, que no hay que galopar cuando uno se está acercando a las casas y que nadie sale a andar a caballo sino para cumplir con una tarea. Con el tiempo llegaría a distinguir los pájaros por el grito.
A los pocos días, Daniel tuvo que ausentarse a la capital para cerrar una operación de animales. A lo sumo, el negocio le tomaría una semana. Espinosa, que ya estaba un poco harto de las bonnes fortunes de su primo y de su infatigable interés por las variaciones de la sastrería, prefirió quedarse en la estancia, con sus libros de texto. El calor apretaba y ni siquiera la noche traía un alivio. En el alba, los truenos lo despertaron. El viento zamarreaba las casuarinas. Espinosa oyó las primeras gotas y dio gracias a Dios. El aire frío vino de golpe. Esa tarde, el Salado se desbordó.
Al otro día, Baltasar Espinosa, mirando desde la galería los campos anegados, pensó que la metáfora que equipara la pampa con el mar no era, por lo menos esa mañana, del todo falsa, aunque Hudson había dejado escrito que el mar nos parece más grande, porque lo vemos desde la cubierta del barco y no desde el caballo o desde nuestra altura. La lluvia no cejaba; los Gutres, ayudados o incomodados por el pueblero, salvaron buena parte de la hacienda, aunque hubo muchos animales ahogados. Los caminos para llegar a la estancia eran cuatro: a todos los cubrieron las aguas. Al tercer día, una gotera amenazó la casa del capataz; Espinosa les dio una habitación que quedaba en el fondo, al lado del galpón de las herramientas. La mudanza los fue acercando; comían juntos en el gran comedor. El diálogo resultaba difícil; los Gutres, que sabían tantas cosas en materia de campo, no sabían explicarlas. Una noche, Espinosa les preguntó si la gente guardaba algún recuerdo de los malones, cuando la comandancia estaba en Junín. Le dijeron que sí, pero lo mismo hubieran contestado a una pregunta sobre la ejecución de Carlos Primero. Espinosa recordó que su padre solía decir que casi todos los casos de longevidad que se dan en el campo son casos de mala memoria o de un concepto vago de las fechas. Los gauchos suelen ignorar por igual el año en que nacieron y el nombre de quien los engendró.
En toda la casa no había otros libros que una serie de la revista La Chacra, un manual de veterinaria, un ejemplar de lujo del Tabaré, una Historia del Shorthorn en la Argentina, unos cuantos relatos eróticos o policiales y una novela reciente: Don Segundo Sombra. Espinosa, para distraer de algún modo la sobremesa inevitable, leyó un par de capítulos a los Gutres, que eran analfabetos. Desgraciadamente, el capataz había sido tropero y no le podían importar las andanzas de otro. Dijo que ese trabajo era liviano, que llevaban siempre un carguero con todo lo que se precisa y que, de no haber sido tropero, no habría llegado nunca hasta la Laguna de Gómez, hasta el Bragado y hasta los campos de los Núñez, en Chacabuco. En la cocina había una guitarra; los peones, antes de los hechos que narro, se sentaban en rueda; alguien la templaba y no llegaba nunca a tocar. Esto se llamaba una guitarreada.
Espinosa, que se había dejado crecer la barba, solía demorarse ante el espejo para mirar su cara cambiada y sonreía al pensar que en Buenos Aires aburriría a los muchachos con el relato de la inundación del Salado. Curiosamente, extrañaba lugares a los que no iba nunca y no iría: una esquina de la calle Cabrera en la que hay un buzón, unos leones de mampostería en un portón de la calle Jujuy, a unas cuadras del Once, un almacén con piso de baldosa que no sabía muy bien dónde estaba. En cuanto a sus hermanos y a su padre, ya sabrían por Daniel que estaba aislado -la palabra, etimológicamente, era justa- por la creciente.
Explorando la casa, siempre cercada por las aguas, dio con una Biblia en inglés. En las páginas finales los Guthrie -tal era su nombre genuino- habían dejado escrita su historia. Eran oriundos de Inverness, habían arribado a este continente, sin duda como peones, a principios del siglo diecinueve, y se habían cruzado con indios. La crónica cesaba hacia mil ochocientos setenta y tantos; ya no sabían escribir. Al cabo de unas pocas generaciones habían olvidado el inglés; el castellano, cuando Espinosa los conoció, les daba trabajo. Carecían de fe, pero en su sangre perduraban, como rastros oscuros, el duro fanatismo del calvinista y las supersticiones del pampa. Espinosa les habló de su hallazgo y casi no escucharon.
Hojeó el volumen y sus dedos lo abrieron en el comienzo del Evangelio según Marcos. Para ejercitarse en la traducción y acaso para ver si entendían algo, decidió leerles ese texto después de la comida. Le sorprendió que lo escucharan con atención y luego con callado interés. Acaso la presencia de las letras de oro en la tapa le diera más autoridad. Lo llevan en la sangre, pensó. También se le ocurrió que los hombres, a lo largo del tiempo, han repetido siempre dos historias: la de un bajel perdido que busca por los mares mediterráneos una isla querida, y la de un dios que se hace crucificar en el Gólgota. Recordó las clases de elocución en Ramos Mejía y se ponía de pie para predicar las parábolas.
Los Gutres despachaban la carne asada y las sardinas para no demorar el Evangelio.
Una corderita que la muchacha mimaba y adornaba con una cintita celeste se lastimó con un alambrado de púa. Para parar la sangre, querían ponerle una telaraña; Espinosa la curó con unas pastillas. La gratitud que esa curación despertó no dejó de asombrarlo. Al principio, había desconfiado de los Gutres y había escondido en uno de sus libros los doscientos cuarenta pesos que llevaba consigo; ahora, ausente el patrón, él había tomado su lugar y daba órdenes tímidas, que eran inmediatamente acatadas. Los Gutres lo seguían por las piezas y por el corredor, como si anduvieran perdidos. Mientras leía, notó que le retiraban las migas que él había dejado sobre la mesa. Una tarde los sorprendió hablando de él con respeto y pocas palabras. Concluido el Evangelio según Marcos, quiso leer otro de los tres que faltaban; el padre le pidió que repitiera el que ya había leído, para entenderlo bien. Espinosa sintió que eran como niños, a quienes la repetición les agrada más que la variación o la novedad. Una noche soñó con el Diluvio, lo cual no es de extrañar; los martillazos de la fabricación del arca lo despertaron y pensó que acaso eran truenos. En efecto, la lluvia, que había amainado, volvió a recrudecer. El frío era intenso. Le dijeron que el temporal había roto el techo del galpón de las herramientas y que iban a mostrárselo cuando estuvieran arregladas las vigas. Ya no era un forastero y todos lo trataban con atención y casi lo mimaban. A ninguno le gustaba el café, pero había siempre un tacita para él, que colmaban de azúcar.
El temporal ocurrió un martes. El jueves a la noche lo recordó un golpecito suave en la puerta que, por las dudas, él siempre cerraba con llave. Se levantó y abrió: era la muchacha. En la oscuridad no la vio, pero por los pasos notó que estaba descalza y después, en el lecho, que había venido desde el fondo, desnuda. No lo abrazó, no dijo una sola palabra; se tendió junto a él y estaba temblando. Era la primera vez que conocía a un hombre. Cuando se fue, no le dio un beso; Espinosa pensó que ni siquiera sabía cómo se llamaba. Urgido por una íntima razón que no trató de averiguar, juró que en Buenos Aires no le contaría a nadie esa historia.
El día siguiente comenzó como los anteriores, salvo que el padre habló con Espinosa y le preguntó si Cristo se dejó matar para salvar a todos los hombres. Espinosa, que era librepensador pero que se vio obligado a justificar lo que les había leído, le contestó:

-Sí. Para salvar a todos del infierno.
Gutre le dijo entonces:

-¿Qué es el infierno?

-Un lugar bajo tierra donde las ánimas arderán y arderán.

-¿Y también se salvaron los que le clavaron los clavos?

-Sí -replicó Espinosa, cuya teología era incierta.
Había temido que el capataz le exigiera cuentas de lo ocurrido anoche con su hija. Después del almuerzo, le pidieron que releyera los últimos capítulos. Espinosa durmió una siesta larga, un leve sueño interrumpido por persistentes martillos y por vagas premoniciones. Hacia el atardecer se levantó y salió al corredor. Dijo como si pensara en voz alta:

-Las aguas están bajas. Ya falta poco.

-Ya falta poco -repitió Gutrel, como un eco.
Los tres lo habían seguido. Hincados en el piso de piedra le pidieron la bendición. Después lo maldijeron, lo escupieron y lo empujaron hasta el fondo. La muchacha lloraba. Espinosa entendió lo que le esperaba del otro lado de la puerta. Cuando la abrieron, vio el firmamento. Un pájaro gritó; pensó: es un jilguero. El galpón estaba sin techo; habían arrancado las vigas para construir la Cruz.

SIN TU LATIDO. AUTE






Hay algunos que dicen
que todos los caminos conducen a roma
y es verdad porque el mío
me lleva cada noche al hueco que te nombra
y le hablo y le suelto
una sonrisa, una blasfemia y dos derrotas;
luego apago tus ojos
y duermo con tu nombre besando mi boca.
Ay, amor mío,
qué terriblemente absurdo
es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo,
sin tu latido.
Que el final de esta historia,
enésima autobiografía de un fracaso,
no te sirva de ejemplo,
hay quien afirma que el amor es un milagro
que no hay mal que no cure
pero tampoco bien que le dure cien años;
eso casi lo salva,
lo malo son las noches que mojan mi mano.
Aunque todo ya es nada,
no sé por qué te escondes y huyes de mi encuentro.
por saber de tu vida
no creo que vulnere ningún mandamiento;
tan terrible es el odio
que ni te atreves a mostrarme tu desprecio,
pero no me hagas caso,
lo que me pasa es que este mundo no lo entiendo
.
Fuente: musica.com
Luis Eduardo Aute

Transcripción del programa Redes para la ciencia (87): "El sistema educativo es anacrónico"

Entrevista a KEN ROBINSON


Si no estás dispuesto a equivocarte, nunca llegarás a nada original.
Ken Robinson


Eduardo Punset:
Hace muchos años leí algo tuyo que me fascinó, porque pensé que nadie había dicho antes algo tan sencillo y tan cierto. Dijiste que elevar los estándares de educación no sirve de nada si los estándares en cuestión no son válidos o son incorrectos. Y desde entonces, he intentado leer todo lo que has escrito, como Out of Our Minds, por ejemplo. ¿Podrías explicarles a los teleespectadores tu punto de vista?

Ken Robinson:
Mi experiencia es que la mayor parte de nuestros sistemas educativos están desfasados. Son anacrónicos. Se crearon en el pasado, en una época distinta, para responder a retos diferentes. Con el tiempo, se han vuelto cada vez más limitados. En todas partes del mundo hay intentos de reformar la educación, y uno de los grandes mantras es que hay que elevar los estándares. Y me hace gracia, porque ¡por supuesto que deberíamos mejorarlos siempre! ¡pero no sirve de nada aumentarlos si están equivocados! Por ejemplo, en la mayoría de sistemas, se insiste mucho en elevar los estándares de matemáticas y de lengua, que por supuesto son muy importantes, ¡pero no son lo único que cuenta en la educación! Las disciplinas artísticas cuentan, las humanidades cuentan, la educación física también…

Eduardo Punset:
Me gustaría saber si es cierto que ha habido tantos cambios turbulentos, que ha surgido una disparidad, o una gran brecha, entre la educación, por un lado, y las necesidades individuales de las personas, por otro. ¿Cuáles son estos cambios?

Ken Robinson:
Pues creo que hay varios. Si nos planteamos cuál es el propósito de la educación, los políticos a menudo hablan de volver a lo esencial, a lo básico. Y creo que hay que hacerlo, ¡pero primero tenemos que ponernos de acuerdo sobre qué es lo esencial! En mi opinión, la educación, desde la guardería hasta la formación de adultos, tiene en líneas generales tres objetivos, o por lo menos debería tenerlos. Uno de ellos es económico. Es innegable que una de las grandes expectativas que tenemos sobre la educación es que, si alguien tiene estudios, estará en mejor posición para conseguir un trabajo, y la economía se beneficiará. Por eso invertimos tanto dinero en la educación.

Eduardo Punset:
Y ahora no es así.

Ken Robinson:
¡El problema es que las economías del mundo han cambiado diametralmente en los últimos 50 años! El mundo cada vez está más dominado por los sistemas de información, estamos inmersos en una economía de servicios y la industria se ha trasladado fuera de Europa: ahora mismo se ubica mucho más en Asia. Por consiguiente, económicamente, el mundo de ahora no tiene nada que ver con el mundo en el que tú y yo crecimos. La revolución industrial forjó nuestro mundo, pero también fraguó nuestros sistemas educativos: ¡tenemos un sistema de educación industrial! Es un modelo de la educación basado en la producción.
El segundo gran reto educativo es de índole cultural: una de las cosas que esperamos de la educación es que ayude a las personas a comprender el mundo que les rodea y a desarrollar un sentimiento de identidad cultural, una idea sobre su lugar en el mundo.

Eduardo Punset:
Sí.

Ken Robinson:
Si analizamos los sistemas educativos de todos los países… en España no hay duda de que esa expectativa está presente en el sistema de enseñanza: se pretende ayudar a los alumnos a conocer mejor la cultura española, y lo mismo sucede en el resto del mundo. Es una gran expectativa de la educación. El problema es que el mundo también se ha transformado culturalmente en los últimos 50 años. No tiene nada que ver con el mundo en el que crecimos: cada vez es más interdependiente, más complejo, y también más peligroso culturalmente en algunos aspectos, más intolerante en ciertas cosas…
El tercer gran objetivo de la educación es personal: lo saben los que tienen hijos pero también cualquiera que esté vivo: una de las cosas que esperamos de la educación es que nos ayude a convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos; que nos ayude a descubrir nuestros talentos, nuestras destrezas.
Y creo que la educación ha fracasado estrepitosamente en ese sentido, puesto que muchos acaban sus estudios sin descubrir lo que se les da bien, sin averiguar jamás sus talentos. ¡Muchos pasan por la escuela y llegan a la conclusión de que carecen de cualquier talento! Y esto sucede porque, en el fondo, tenemos una visión de las aptitudes muy limitada. También ha habido cambios en ese sentido…
Vemos pues que hay cambios en nuestra noción de inteligencia, pero también en la cultura, que ha cambiado y se ha complicado, por no hablar de hasta qué punto se ha revolucionado econonómicamente el mundo.

Eduardo Punset:
Por tanto, tenemos pues tres grandes cambios que probablemente explican esta ansiedad que surge de la disparidad entre el mundo educativo y las necesidades económicas, culturales e individuales.
Creo que fuiste uno de los primeros del sector educativo en hablar de la desafortunada división entre ciencias, y la cultura y las artes. Y es curioso, porque nosotros, cuando preparamos programas científicos, a menudo tenemos que enfrentarnos a un dilema, nos planteamos que un tema no encaja bien en lo que los científicos denominarían temática científica, así que es mejor descartarlo. Pero tú afirmas que, como resultado de esta escisión entre la ciencia y las disciplinas artísticas, hemos ignorado un campo fantástico: el de la creatividad. ¿A qué te refieres exactamente?

Ken Robinson:
Veamos, pensemos de nuevo en la educación. La mayoría de países no instauraron un sistema de educación pública obligatoria hasta mediados del siglo XIX. Se trata de ideas bastante nuevas.
Dos factores influyeron mucho en la educación: el primero fue la economía industrial, que provocó una cultura organizativa de la educación extremadamente lineal, centrada en los estándares y la conformidad… y el otro gran factor de influencia, en mi opinión, fue la cultura intelectual de la Ilustración, que desencadenó en la cultura académica de la educación. Una de las características de la enseñanza es que hay una jerarquía de asignaturas en las escuelas.
En la mayoría de sistemas tenemos, arriba de todo de la jerarquía, la lengua, las matemáticas y las ciencias; un poquito más abajo están las humanidades, como la geografía y los estudios sociales, o la filosofía (cuando se enseña)… y debajo de todo están las disciplinas artísticas.
Hay poquísimos sistemas educativos (no conozco ninguno, de hecho) que enseñen danza con el mismo rigor y sofisticación con el que se enseñan matemáticas. ¿Por qué hay esta jerarquía? Muchos te dirán: «¡es evidente! ¡Tiene que haber una jerarquía!» Pero, ¿por qué? Creo que hay dos motivos, el primero de los cuales es económico. Se cree que las materias que están más arriba en la jerarquía son más relevantes para el mundo laboral…

Eduardo Punset:
…para encontrar un trabajo.

Ken Robinson:
Sí. Y te encuentras con afirmaciones como: «no te dediques al arte, jamás serás un artista ni te ganarás la vida con el arte», «no hagas música, es muy difícil salir adelante como músico». Así que un argumento es claramente económico. Pero lo interesante es que nadie te dice: «no te centres en las matemáticas, nunca serás matemático» ni tampoco: «olvídate de la química, jamás serás químico». Esto se debe a que, en nuestra cultura intelectual, existe una asociación entre las ciencias y cierto tipo de conocimiento objetivo. Se cree que, al trabajar con las ciencias, se trabaja con hechos y certeza, que son las cosas que marcan diferencias en el mundo; mientras que las disciplinas artísticas se asocian con los sentimientos y la expresión personal, por lo que están muy bien para entretenerse, pero no son importantes para la economía. La Ilustración y la revolución científica crearon un modelo de inteligencia y conocimiento que ha imperado en nuestra cultura. Desde entonces, el arte se ha asociado con la corriente del romanticismo del siglo XIX, con la expresión de sentimientos. Y creo que es un problema enorme, porque esto ha disociado el intelecto de la emoción, y hemos pasado a considerar ambas cosas como separadas, en detrimento tanto de las artes como de las ciencias. La creatividad ha pasado a asociarse con lo artístico y no con lo científico, porque se cree que la creatividad tiene que ver con la expresión individual de las ideas. Yo propongo, entre otras cosas, retomar una concepción de la creatividad que nos devuelva la relación entre las disciplinas artísticas y científicas, puesto que ambas salen perjudicadas de la separación.

Eduardo Punset:
Mientras hablabas, pensaba en el patrón que sirvió para establecer que alguien estaba en la parte adecuada del conocimiento: el cociente intelectual. ¿Por qué demonios hemos creído durante tanto tiempo que la medición del CI era importante para la vida económica?

Ken Robinson:
El cociente intelectual fue una de las nociones que surgió del crecimiento de la psicología y la sociología, de los intentos de aplicar las mismas características de las ciencias físicas a las personas. Lo importante es que había dos fuerzas: por un lado, un verdadero espíritu de investigación, para ver si podíamos medir la inteligencia igual que medimos el movimiento de las mareas, pero también coincidió con el crecimiento de la educación pública, que requería una manera eficaz, rápida y objetiva de caracterizar a las personas para poder educarlas.
Se necesitaba saber, en cierto modo, si tenían una inteligencia normal, inferior a la media o extraordinaria. Alfred Binet, cuando creó el primer test de inteligencia en París, estaba interesado en los niños con necesidades educativas especiales. Para descubrir cuáles eran sus necesidades, necesitaba tener una idea de cuál era la capacidad media. Éste era el objetivo inicial. No obstante, los tests de inteligencia se volvieron fundamentales para la categorización de alumnos en las escuelas públicas, pero también para la selección en el ejército. Se han convertido en un mito, me parece: han pasado a formar parte de nuestro léxico cultural como si fueran objetivos. Una de las organizaciones más importantes que hay es Mensa, la organización de personas con cocientes intelectuales altos. Y me parece estupendo, no voy a criticar a Mensa, pero me planteo si esto es así realmente. En realidad, el test de inteligencia solamente mide la capacidad de hacer tests de inteligencia. ¡Hay personas a las que estos tests se les dan muy bien! Si queremos saber lo inteligente que es alguien, ¡por lo menos deberíamos aceptar que la inteligencia entraña mucho más de lo que se puede medir en un test del CI, ¿no deberíamos incluir también otras preguntas? Como, por ejemplo: ¿sabes componer una sinfonía? ¿Sabes interpretarla? ¿Sabes gestionar un negocio de éxito? ¿Sabes bailar? ¿Sabes escribir una poesía que conmueva a los lectores y les haga llorar?
Eduardo Punset:
O la empatía…

Ken Robinson:
¡La empatía! Si el ser humano solamente tuviera las habilidades que se miden en los tests de inteligencia, la mayor parte de la cultura humana jamás habría existido. Yo no querría vivir en un mundo así. ¿Tú sí?

Eduardo Punset:
No.

Ken Robinson:
Tenemos una visión de la inteligencia muy reduccionista.

Eduardo Punset:
Me gustaría explicitar o sugerir a los teleespectadores los grandes cambios, cuál es el contenido real de estos grandes cambios a los que se está refiriendo Ken Robinson. Vamos a ver, empezó todo por un tipo de pensamiento que era el de la Edad Media, OK. Luego nos dice en dos palabras cuál era la síntesis de este pensamiento. Después viene el Renacimiento, que es totalmente o muy distinto. Después viene el pensamiento de la Revolución Industrial, lo que llamamos la Ilustración. Después viene otro tipo de pensar distinto que es el Romanticismo, y por último... ahí estamos ahora. Me gustaría que definieras, en pocas palabras, la diferencia entre estos modelos, entre la Edad Media, primero, el Renacimiento, luego, y después… ¿qué vino luego? La Ilustración y el Romanticismo… ¿dónde estamos ahora?

Ken Robinson:
¿En pocas palabras?
Eduardo Punset:
En pocas palabras. Toda la historia…

Ken Robinson:
Toda a historia moderna de Europa en unas pocas frases, vaya. La corriente mayoritaria en la Edad Media es que, por lo general, todo el mundo estaba muy dominado por las ideas de la Iglesia, y había una jerarquía social y económica muy marcada entre la aristocracia y la población rural. En general, era un estilo de vida muy rural, especialmente en toda Europa.
En el Renacimiento el desencadenante fue el redescubrimiento de los textos clásicos, de los pensadores y filósofos griegos y romanos. Esto condujo a un renovado interés por la vida intelectual y la belleza, y a nuevas maneras de reconsiderar nuestro lugar en el mundo. Se produjeron varios cambios importantísimos, por ejemplo el trabajo de Copérnico y Galileo, que plantearon la posibilidad de que tal vez la Tierra no fuera el centro del universo de Dios, y eso supuso una especie de terremoto ideológico, con enormes cambios en la manera de ver las cosas de la gente.
Lo más importante es que la inmensa mayoría de gente ya no tenía que depender de los argumentos y la autoridad de una minoría culta del clero, porque la invención de la imprenta generalizó el acceso a las ideas: la gente podía leer por sí misma las ideas y distribuirlas. Ha habido varios ejemplos de tecnologías absolutamente revolucionarias, como la imprenta. La televisión también fue una de ellas. Y creo que la cultura digital de ahora también lo es.
Pero supongo que si hubiera que definir el gran cambio en unas pocas palabras, diría que la conciencia humana ha ido expandiéndose más y más, hacia fuera, hemos dejado de mirarnos el ombligo para intentar ser más objetivos sobre nuestro lugar en el mundo y el orden de las cosas, a medida que pasábamos de la Edad Media al Renacimiento y a la Ilustración. En líneas generales, dejamos de considerarnos el centro de la creación de Dios para vernos como parte de un cosmos mucho mayor.
Ahora mismo, nuestra generación (y con esto no me refiero a ti y a mí, sino a toda la generación de personas que habitan en la Tierra ahora, a todos los que convivimos en el planeta) tenemos que enfrentarnos a retos que carecen de precedentes en toda la historia de la humanidad. Uno de los motivos por los que defiendo con tanta pasión que hay que modificar la educación y replantearse la creatividad es porque me parece que, a no ser que cambiemos nuestra manera de pensar en nosotros mismos, no estaremos a la altura de los desafíos a los que nos enfrentamos ahora. Y, si no hacemos frente a los retos, ¡las consecuencias podrían ser desastrosas! No quiero ser catastrofista, pero me parece que hay muchísimo en juego.