Moros y cristianos

 



Entrada cristiana

  La fiesta de Moros y Cristianos es una de las celebraciones más genuinas dentro del amplio y rico compendio de celebraciones festivas de gran arraigo y tradición en toda España. Esta fiesta tiene un origen y una base profundamente religiosa, que se ha ido enriqueciendo a la vez con un claro componente lúdico, existente en cualquier festividad. Sin embargo, es su componente teatral y representativo de la Historia lo que la hace única en su género. La invasión y dominación musulmana en la Península Ibérica durante varios centenares de años dejó una gran huella en la sociedad medieval española, que no terminó con el final de la Reconquista de los reinos cristianos a finales del siglo XV.

Comparsa mora
Con el paso de los siglos, las poblaciones que celebraban Moros y Cristianos fueron enriqueciendo y moldeando esta representación histórica adaptándola a hechos históricos locales o a otros hechos históricos acaecidos a lo largo de los siglos pasados de especial relevancia social, como las campañas contra los piratas turcos o berberiscos en los siglos XV, XVI y XVII en las costas valencianas o la toma de Tetúan por parte del ejército español a mediados del siglo XIX, que supuso un renacimiento de la cometida histórica y cultural en relación con el mundo árabe, dando lugar a un renacer de distintas e interesantes nuevas tradiciones y costumbres alrededor de esta fiesta, que contribuyeron a expandirla todavía más por gran parte del territorio español y a considerarla cada vez más como una fiesta de referencia cultural en toda España.


Es, quizá, el siglo XX el que dará testimonio de una mayor expansión de la Fiesta, especialmente tras la Guerra Civil. La expansión geográfica y la imitación de los modelos de fiesta de referencia en el mundo morocristiano hará que algunas de las poblaciones con mayor tradición y pujanza en la fiesta se afiancen como referentes nacionales e incluso internacionales.

Es el caso de Alcoy, en Alicante, cuya fiesta está declarada de Interés Turístico Internacional desde 1980, o Caravaca de la Cruz, en Murcia, que lo fue en 2006; Onteniente, Valencia, cuyas fiestas son unas de las más importantes de la Comunidad Valenciana, o Bañeres, Cocentaina y Villena en Alicante, declaradas de Interés Turístico Nacional, al igual que las de Almansa (cuyo emblema son sus embajadas y embajadas infantiles, celebradas en el incomparable marco de la plaza Santa María con el Castillo de Almansa como escenario principal, y cuya embajada mora nocturna celebrada el 2 de mayo, se ha convertido en un referente para las demas poblaciones festeras, siendo Almansa pionera en la celebración de embajadas nocturnas) y Caudete (Albacete). Otras poblaciones de referencia son Caravaca de la Cruz, en Murcia, declarada de Interés Turístico Internacional o Villajoyosa, en Alicante, cuyo acto del desembarco también está declarado de Interés Turístico Internacional. Otras poblaciones con gran tradición en esta fiesta son: Muro del Alcoy, Bocairente, Ibi, etc.


Con grandes o pequeñas diferencias, esta fiesta se compone de distintos actos, entre los que invariablemente se encuentran las Entradas (o Desfiles), Embajadas y la Procesión (suelen estar ligadas a la festividad del patrón de la ciudad o población correspondiente).


Los participantes se dividen en dos bandos, moros y cristianos, vestidos de forma que parece la correspondiente a la época medieval de cada cultura, dejando, sin embargo, gran espacio a la ornamentación de fantasía. De esta norma se suelen desligar comparsas o "filaes".


Más tarde se formaron agrupaciones que tomaron otra identidad diferenciatoria de las primeras, tales como Almogávares, "Templarios" , Labradores o Maceros, Contrabanditas o Andaluces, Bandoleros, Mirenos, Pescadores o Marineros, Bucaneros o Piratas, Corsarios, Zíngaros, etc. Estas comparsas o filaes visten de acuerdo a la indumentaria con la que habitualmente se les asocia. Comparsas de "Cristianos" y de "Moros" (en el caso de Bañeres la de "Moros" posteriormente se desdobló en Moros Vells (viejos) y Moros Nous (nuevos). En el bando cristiano destacaba la comparsa de los "Cristianos", que también se encuentra en poblaciones como Biar, Bocairente y Villena.






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